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Los troveros de la ilusión traen la luz de la Navidad

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La rondalla de San Francisco, interpretando villancicos en el Hospital de Dolores. | DA

D. S. | Santa Cruz de La Palma

Como cada año, el calor de las fiestas navideñas se encienden en las madrugada de la capital palmera con la voz de Los Divinos. El sonido de sus villancicos despierta a los vecinos, anunciando la llegada de esta emotiva festividad durante las nueve vigilias que preceden a la Nochebuena.

La madrugada del viernes al sábado, cientos de personas, en las rondallas de Lo Divino existentes en la capital palmera, empezaron a recorrer las calles y los distintos barrios de Santa Cruz de La Palma, entonando villancicos, una tradición que arrancó en 1947 y que, lejos de menguar, cada año va cobrando más fuerza. El sonido de las guitarras, timples, laúdes, panderetas, triángulos y bandurrias irrumpieron en la serena noche de Santa Cruz de La Palma.
Los vecinos salen al balcón y se asoman a la ventana para disfrutar de este espectáculo navideño, que devuelve la ilusión en tiempos de tanta desolación como los actuales.

Una de estas rondallas, la de la parroquia de San Francisco, efectuó en la pasada madrugada el recorrido que por tradición realizan la primera noche, por las calles Baltasar Martín, Velachero y el barrio de Pescadores, según informó su director, Jesús Morera. Y así el resto de conjuntos, que llevan ensayando el repertorio de villancicos desde hace tiempo para que nada falle.

Las voces todavía están en forma, pero la exposición de las gargantas al frío de la noche y el cansancio irá haciendo mella sobre las cuerdas vocales que dan calor a la madrugada de la ciudad. Si bien la generosidad de los vecinos calienta el espíritu de los músicos y los cantantes. Una copita de mistela por aquí, un bizcochón por allá sirven para afinar la voz y el alma. Incluso, como comentan en la rondalla de San Francisco, hasta algún sobre con dinero, en medio de esta crisis tan brutal.

Y así continuarán estos troveros de la ilusión, madrugando día tras día, anunciando que la Navidad está próxima. Su cantar abriga la noche santacrucera, como un reclamo para que la alegría entre en todos los hogares. Si pasan por tu ventana, no dejes de saludarlos, aunque sea desde el silencio de la cama.