1. Es patético ver a los fiscales de Madrid, los de anticorrupción y los otros, pelearse por ver quién le mete mano a Rodrigo Rato, despeinado y empujado, vejado e injustamente tratado en el proceso de su detención. Este país no siente respeto por nadie. De momento, Rato es un señor no culpable. Otra cosa es cuando sobre sí caiga una sentencia firme, cuyo resultado final nadie sabe. Un ex vicepresidente del Gobierno no merece ese trato de la policía, ni de la Agencia Tributaria, ni de quien manda la policía, ni de quien manda la Agencia Tributaria. Este país es revanchista, envidioso y ruin. Yo no digo que Rato sea un santo, pero no lo hagan demonio antes de tiempo. Lo que ha ocurrido esta semana con este hombre me parece sencillamente vergonzoso, digno de un país de mierda. Incluidos, por supuesto, los empujones..

2. Han colgado en las redes sociales una foto de Antonio Alarcó con Rodrigo Rato, para hacerle daño a Alarcó. Rato estuvo casado con su prima, Gela Alarcó, y los dos militan en el mismo partido, porque Rato seguirá siendo del PP hasta que se muera. Rato le prologó un libro a Alarcó, prólogo que yo corregí. ¿Y qué? ¿Van a borrar todo lo que hizo bien Rato por España? Lo dicho: este es un país de mierda, en el que nadie respeta nada de nada. Y Alarcó un político honesto e inteligente, al que no va a tumbar una foto con Rato.

3. Se apuntó un buen tanto Manolo Artiles anunciando en su cadena de televisión, un día antes de producirse oficialmente el asunto, que Fernando Clavijo iba a quedar exonerado de imputación en el caso Corredor. Luego van otros y se suben al carro, pero fue Artiles el que dio la primicia. Por cierto, a mí no me gusta que imputen a nadie, así que me alegro de que Fernando Clavijo haya quedado fuera del caso, porque si hay algo que me espanta es ver a personas a las que aprecio en los tribunales. Y a los que no aprecio también.
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