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Rosalba Castro Bello – Por Joaquín Castro San Luis

Rosalba Castro Bello, al cumplir 108 años, se ha convertido en la mujer de más edad de Canarias, y a escala nacional ocupa el puesto 34. Reside en el Hogar de Nuestra Señora de la Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife, regentado por las Hermanitas de los Ancianos, en el barrio de Uruguay de esta capital. Rosalba es querida por todos los que viven en el hogar, se ha ganado la simpatía por ser la mayor, de forma que todo el que lo visita quiere conocerla y ella amablemente atiende a todos los visitantes.

Rosalba Castro fue la cuarta de ocho hermanos. Se crió en el Santa Cruz del incipiente siglo XX.Conoció dos guerras europeas, y sobre todo la de España. Fueron momentos muy duros para estas Islas. Las chicas eran madrinas de guerra de todos los que salían a la lucha. Ella, como todas las de su época, asistía a un taller que se llamaba Patriótico para hacer ropa y mandar al frente.

También colaboró con lo que se llamaba el plato único, y acudía de casa en casa pidiendo la perra gorda para satisfacer las necesidades que había entre la gente sin recursos de la ciudad. Rosalba fue una enamorada de las costumbres de su Santa Cruz del alma. Cuenta que asistió al primer baile de magos con motivo de la Fiesta de la Cruz, así se llamaban las actuales Fiestas de Mayo. Fue en el Teatro Guimerá. Se habilitaba el patio de butacas colocando una gran tarima para el baile. Fue la mejor vestida y se le quiso nombrar reina de las fiestas de esa época, pero la severidad de los padres en la protección de sus hijas era grande.

Dada su elegancia y simpatía, asistía junto a un grupo de amigas con la mantilla española a las procesiones de Semana Santa. No podía faltar a la de la Virgen de las Angustias del Pilar y al Santo Entierro de la Concepción. Siempre fue una mujer muy discreta. Al ser soltera fue la cuidadora de muchos sobrinos, viajando con ellos o visitando a los que tenía fuera. Su gran secreto era caminar todo lo que podía. Vivía en la calle de Tomás Morales y cada día bajaba a pie hasta casi la plaza de España o sus alrededores, y luego subía. Además de caminar mucho, asegura que otro de los secretos de su longevidad es tomar poco café. Es un orgullo para nuestra capital y para toda Canarias tener entre nosotros a una señora con esa edad, con tantas experiencias vividas y tantos momentos vistos. Cuando se la visita y habla de las compañeras de residencia más jóvenes que ella, dice que “son señoras mayores”.

Ha sido toda su vida muy futbolera y gran defensora del Club Deportivo Tenerife. Tuvo un hermano, Miguel Ángel Castro Bello, que en su época fue directivo del equipo blanquiazul. Se acuerda de los nombres de muchos de los jugadores e, incluso, hoy día, siempre que se la visita pregunta si ganó o perdió el Tenerife. Conoció a muchos jugadores de su época, a los que rememora. Que gane el Tenerife es importantísimo para ella y una grata noticia que disfruta con deleite.

Hasta la fecha, Rosalba Castro ha vivido una vida de señora de su casa, una vida sana y deportiva pues el caminar era parte importante de sus quehaceres. Pero, claro, su vida, siempre junto a su hermana Concepción, era disfrutar con su familia, con sus sobrinos, pues no tuvo hijos; nunca se casó. Su vida es y ha sido compartir amores con los demás.