a veces soy humano >

Un tiempo perdido – Por Félix Hernández

Cuando hilo estas palabras todavía huele el ambiente a la pólvora utilizada por la caverna mediática para ensalzar logros y virtudes macroeconómicas, parece ser que sobraron tracas de las pasadas Fallas valencianas. No voy a relatarles, una vez más, el precipicio al que se asoman la mayoría de los medios de comunicación que pierden credibilidad, día a día, por su forofismo y propagandismo de bufanda al servicio de los partidos políticos. Craso error. Las estructuras políticas ya no mandan, no deciden, simplemente se han convertido en medianeros de los grandes intereses empresariales y los diversos consejos de administración. Un excelente ejemplo me viene a la cabeza cuando cruzo los datos sobre eso que eufemísticamente llaman, unos y otros, apoyo para promover la maternidad.

España se encuentra a la cola de Europa en medidas reales, no dogmáticas ni impuestas por poderes ajenos al Estado, que promuevan y protejan a las familias sea cual sea su modelo. Entre esas medidas a las que me refiero figura la duración de las bajas maternales, los incentivos fiscales por los hijos o el apoyo económico para la educación de los menores. Sin embargo, el actual Gobierno antes que atender a estas cuestiones se ha embarrado entre las promesas sobre la legislación de interrupción del embarazo y sus pequeños desencuentros al respecto con la sacrosanta Iglesia. Finalmente, en un estrambótico y delirante equilibrio, los gobernantes de este presunto Estado laico llamado España hubieran tenido fácil, disfrutando de una mayoría absoluta arrodillante, apostar de verdad por reforzar un necesario incremento de la natalidad. Las cifras ya no cuadran, crecimiento vegetativo negativo es lo que repiten las estadísticas de un país que envejece inexorablemente. Busco las razones que han llevado a este Gobierno conservador a la inacción en esta materia y no las encuentro, si hasta les hubiera venido bien electoralmente. Todo ello no me lleva a la melancolía como al poeta, me arrastra hacia otra conclusión que se retuerce y enlaza con el principio de esta columna: en España mandan los poderes empresariales que eligen a sus medianeros en banquetes de alto copete, y los atan al corto plazo, porque los beneficios cuantos más y antes mejor. Y ya sabemos que son pocas las empresas que defienden el derecho de sus empleadas y empleados a ser madres y padres.

@felixdiazhdez