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Los ‘azules’ que cuidan a Santa Cruz – Por Félix Díaz Hernández

No siempre vistieron con ese característico color azul por el que hoy se les reconoce en cualquier lugar. Esos hombres y mujeres que se enfundan cada día el uniforme de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife, al igual que tantos agentes de otros cuerpos policiales, salen a la calle con naturalidad, a cumplir con su trabajo pero sin saber qué les deparará esa nueva jornada laboral. Como personas tienen los mismos intereses, aficiones y anhelos que cualquiera de nosotros; también preocupaciones idénticas por el futuro, por sus familias o incluso por las facturas pendientes. Cierto es que como funcionarios al menos el puesto de trabajo lo tienen garantizado. Sin embargo, esa interrogante que se plantea cada mañana, tarde o noche al subirse a la motocicleta o al patrulla, después del ritual y la letanía del pase de lista, es parte del encanto de su profesión. Los policías locales, a veces con sus errores y aciertos, se han convertido en la infantería, en los que van por delante, esos a los que recurrimos para que nos ayuden, socorran o informen. En estos siete años, siete meses y cuatro días que llevo trabajando junto a ellos he descubierto otros perfiles, quizás menos vistosos, pero fundamentales para la vida en sociedad: la mediación ante los conflictos; la asistencia a las víctimas y sus familiares, ya sean por accidentes o delitos; una vertiente social poco conocida y solidaria con los más desfavorecidos. Tampoco quiero decir que sean ángeles, pero hay que estar en su piel para entender una labor, en muchas ocasiones ingrata, en la que eso sí, nunca deben perder la profesionalidad y responsabilidad de sus actos ante los ciudadanos. Supongo que en muchas policías de este país ocurrirá lo mismo, pero a mí hoy me toca escribir sobre los azules de Santa Cruz de Tenerife. En mis primeros días de trabajo un subcomisario me dijo: “La mejor herramienta de la que dispone un policía local es su bolígrafo”. La imagen que me vino a la cabeza fue la de un boletín de denuncia amarillo, de esos que hacen temblar la cartera de cualquiera. Con el tiempo he aprendido que no se trataba de eso, se refería a esos informes, actas y partes policiales que dibujan la historia de las personas que viven en esta ciudad, de sus problemas y circunstancias. Así que comprenderán que ese diario incansable de hechos y sucesos, en manos de un periodista, supone el hallazgo de un pequeño tesoro cada día. Gracias a los azules de Santa Cruz por incluirme en su gran familia, para los malos y los buenos momentos, aquí seguiremos.

@felixdiazhdez