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Entre pagodas – Por Juan Carlos García

Las consecuencias del terremoto de Nepal se describen estos días tanto en los medios de comunicación convencionales como en las plataformas digitales con profusión de datos. El Gobierno nepalí afirma que aún no puede valor la magnitud de la catástrofe porque se desconocen los daños en las zonas remotas del país. Además de las pérdidas humanas, los canales de información surten, como si fueran apuntes desordenados, referencias a las pérdidas del ingente Patrimonio de la Humanidad que se asienta en el valle de Katmandú. La magnitud de estas pérdidas sí es cuantificable. Sin embargo, en medio de esta situación caótica, algunas informaciones no contrastadas han llevado a la confusión sobre el estado de ciertas edificaciones y conjuntos arquitectónicos declarados Patrimonio de la Humanidad. Los centros antiguos de las tres ciudades reales (Katmandú, Bhaktapur y Patan) están catalogados como tal. Tras revisar durante horas cientos de fotografías que recogen la destrucción del seísmo he confirmado mis sospechas. Haciendo uso del recurso del “antes y después”, la pagoda de Nyatapola, en Bhaktapur, la de mayor altura de Nepal, la emparejan con los restos de otra pagoda destruida. Bien, pues la pagoda de Nyatapola sigue en pie. En pie sigue gran parte de las edificaciones de la plaza Durbar de Bhaktapur. No está, como se insiste, totalmente destruida. En ella se derrumbó el templo hinduista (sikhara) de Vatsala. Otras sikharas y pagodas siguen allí. En la plaza Durbar de Patan también siguen en pie algunos templos. Donde más se advierte la devastación es en la plaza Durbar de Katmandú, donde se desplomaron la mayoría de las pagodas existentes. Un pie de imagen describe los destrozos en la estupa (templo budista) de Swayambhunath, la más antigua de Nepal. No, la estupa no está destruida. Los destrozos se produjeron en pagodas y sikharas que conforman el complejo religioso, conocido como el templo de los monos. Tampoco se ha derrumbado la estupa de Bouddhanath, la mayor de Nepal. No hay testimonio gráfico ni escrito de la destrucción de ninguna estupa. Creo que no yerro al decir que es la primera catástrofe de estas dimensiones de la que se han grabado imágenes con drones. También tienen que servir para contrastar y cuantificar el desastre. L