En muchas ocasiones, desde en las empresas del sector turístico tenemos una doble vertiente en lo que a imágenes se refiere ya que en el primer caso, existen multitud de hoteles que no cuidan ni se preocupan por tener unas imágenes fiables que muestren la realidad de sus infraestructuras y servicios.

Los clientes buscan y comparan continuamente desde el plano visual qué posibilidades tienen, y solo cuando han realizado una primera criba de posibles estancias desde el punto de vista visual y de localización, es cuando se centran en el detalle de la definición escrita de características de cada hotel.

Por ello es conveniente realizar una pequeña inversión en fotografías no solo de habitaciones, hall o edificio exterior, sino también de cada tipo de servicio que ofrece el hotel de manera concreta como el desayuno, spa, vistas al mar, masajes, restaurante, espectáculos, bar piscina etc etc. De esta manera estamos facilitando con mucha información simplificada al cliente la toma de decisiones.

En el polo opuesto, tenemos la reacción negativa de los clientes cuando encuentran que las imágenes que ofrece nuestro hotel, son demasiado exageradas, como por ejemplo la imagen de una habitación amplia que genera en el cliente una insatisfacción grande cuando una vez llega al hotel descubre que realmente no es lo que él ha adquirido previamente.

En definitiva, debemos de vender y mostrar de manera visual qué ofrecemos y cómo podemos ayudar a mejorar la satisfacción de las necesidades de los clientes, pero debemos de ser sutiles, intuitivos, claros y concisos para no caer en la tentación del exceso de venta directa, ni de la generación de falsas expectativas, ya que es un camino contrario a la fidelización de clientes.

*Consultor de Marketing en Sociment
@AntonioJPadron