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Qué calor – Por Andrés Chaves

1. Se ha metido el calor, se me hinchan los pies y respiro mal, alertas indudables para la tercera edad, que ya no se llama tercera edad sino otra cosa que no recuerdo, un eufemismo, según me cuenta el doctor Alarcó, que está en todas. Este año no ha hecho sino llover aunque en abril se paró y ahora hasta octubre, o eso creo. Pero no quería hablarles del calor, sino de los teléfonos pinchados, que me han dicho que hay centenares, tanto de narcos como de políticos investigados. Y de algún que otro profesional de la comunicación, así que la cosa se está poniendo bastante peliaguda. A mí que les machaquen los teléfonos a los delincuentes me parece bien, pero a los periodistas se me torna un desatino. En fin, que a veces se firman órdenes de intervenciones a barbecho y eso tampoco es justo. ¿O es que ya no hace falta una motivación de la policía, de la fiscalía o de quien sea para que el juez tome una decisión tan grave como invadir la intimidad de los curritos? Miren lo que le pasó a Garzón: perdió la carrera por espiar conversaciones entre detenidos y letrados, nada menos. Y en el caso de Las Teresitas una señoría escapó en tablas de algo parecido, por una curiosa interpretación del Supremo de su propia doctrina.

2. Qué calor, aunque yo no quería hablar del calor, sino de que estamos en una época en que se vive en un sinvivir. A la incertidumbre electoral se unen anuncios apocalípticos de imputaciones de políticos, funcionarios y responsables de empresas públicas. Ya no tienen que ir con pies de plomo los más propensos al talegazo sino con zapatillas de bailarina. En España todo está prohibido y hasta que alguien dicte una ley que prohíba prohibir casi todo, este país no levantará cabeza.

3. Pero yo no quería hablarles del calor, que mata viejos y que no nos deja respirar a la tercera edad que Antonio Alarcó, amigo de calificaciones modernas, dice que ya no existe, sino que a las personas se les clasifica no por sus años sino por su salud, que ya me acuerdo de cómo era la cosa. Y eso. Yo estoy bien, gracias, ¿y ustedes?
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