el dardo

Listas de espera

El nuevo consejero de Sanidad ha decidido meter mano a las listas de espera y, para abrir boca, anuncia la realización de pruebas diagnósticas por las tardes y durante los fines de semana, sábados y domingos. Me parece una medida acertada, porque el problema, ya crónico en la sanidad canaria lo mismo que el de urgencias, necesita decisiones valientes que rompan con la monotonía del parche y las soluciones coyunturales. En todo caso, lo ideal sería la elaboración de un Plan Estratégico con cambios en el modelo de gestión de modo que se garantice la equidad y la racionalidad en dichas listas. Parece lógico que todas las infraestructuras sanitarias sean aprovechadas al máximo en todo tiempo y lugar, acudiendo incluso, si resultase necesario, a los centros sanitarios privados, sobre todo cuando las esperas se eternizan y las urgencias muchas veces han de resolverse en los pasillos de los hospitales públicos. Naturalmente, ninguna decisión política resuelve por sí sola el problema: resulta obligado contar con los profesionales de la sanidad, cuya colaboración extraordinaria resulta imprescindible a estos efectos. Con nuevas contrataciones, horas extraordinarias, reestructuraciones del servicio y decisiones similares, junto a un presupuesto ajustado a los fines que se persiguen, es probable que empecemos a ver la luz al final del túnel de las dificultades insalvables en las listas de espera. El Defensor del Pueblo, el Diputado del Común, la Organización de Consumidores y Usuarios y no pocas asociaciones vinculadas a la sanidad han reiterado en distintos informes la oportunidad de que la transparencia impregne la política sobre las demoras en la prestación de los servicios médicos, para la mejor información de los pacientes sobre plazos y garantías. Urge también agilizar y facilitar la derivación desde atención primaria a las pruebas diagnósticas, así como la implantación de la cirugía ambulatoria en determinados supuestos y la aplicación de criterios médicos objetivos de prioridad clínica junto al orden de llegada. Las soluciones no son fáciles, más aún si los recursos son insuficientes, pero es bueno que el coraje, la determinación y la innovación empiecen a aplicarse de una vez por todas desde la Consejería de Sanidad que ahora dirige Jesús Morera.