El diván

La Ley de Pareto

La mayoría de las personas creen que haciendo diferentes tareas a la vez se abarca más y mejor. Sin embargo, de esta manera solemos acabar el día sin concluir ninguna con la impresión de faltarnos horas. Es importante desarrollar la capacidad de organizar y gestionar bien nuestro tiempo ya que, es una de las claves para lograr el éxito tanto a nivel personal como laboral. Debemos invertir el tiempo en lo que realmente merece la pena, gestionándolo desde la productividad para, de esta manera, conseguir mejores resultados sin malgastarlo en tareas, pensamientos, cosas ni personas que nos alejan de nuestro objetivo y felicidad. La Ley de Pareto se basa en que el 20% de los esfuerzos generan el 80% de los resultados.

El objetivo de esta Ley es aumentar la eficiencia y disminuir el trabajo. Lo cierto es que tener muchas tareas que hacer no es un problema. El problema está en cómo gestionas tu tiempo. Organiza las tareas según su importancia. La regla 20/80 puede aplicarse tanto en lo laboral como en las diferentes áreas de la vida. Gestionar bien el tiempo significa poder dedicarle atención a todas las esferas de tu vida, aunque lógicamente tengas que dedicar más tiempo a una que a otras. Anota las tareas que tienes que hacer y divídelas en dos grupos; “importante” y “no importante”. Después, divide ambos grupos en “urgentes” y “no urgentes”. Prioriza lo realmente importante y céntrate únicamente en la tarea que estás realizando. Es mejor dedicar 10 minutos con concentración a una tarea, que 1 hora sin dar todo de ti. Delega las tareas “no importantes”, y si no es posible, las dejaremos para las últimas en nuestra lista de prioridades. Dedícale a tus tareas: Importante urgente,40% del tiempo; importante no urgente, el 15%; no importante pero urgente, el 40%; y no importante no urgente (5%). Cuenta con que entre el 10 y 15% de tu tiempo son imprevistos. Cuando estés centrado en una tarea, evita las distracciones, como el teléfono móvil y el ordenador. Cuando notes que tienes menos energía dedícate a las tareas que requieren menos concentración. Utiliza la agenda para organizarte y no solo para recordar. Pon fecha de inicio y fin a tus tareas y divídelas en diferentes días poniendo unas horas de dedicación exclusivas. Recuerda que lo importante no es la cantidad de horas que dedicas a cada tarea sino, la calidad. Si amas tu vida, amas el tiempo que dedicas a ella. De nada te sirve dedicar horas pensando en un problema si no lo dedicas en encontrar una solución. Tiempo significa vida. Por lo tanto, saberlo gestionar es saber vivir.