En el mercado invernal de la temporada 07/08 el CD Tenerife incorporó como único fichaje a Jesús Mora Jesuli, un futbolista que llegaba procedente del Sevilla FC, acosado por las lesiones y que se planteaba su estancia en la Isla como una reválida. “En la camiseta llevaré J. Mora a ver si me cambia la suerte”, señaló, pero no solo dicha suerte no cambió, sino que fue protagonista de uno de los escándalos recientes más importantes de la historia blanquiazul.
El centrocampista había sido campeón de la UEFA, la Supercopa de Europa, la Copra del Rey y la Supercopa con el Sevilla, por lo que todas las esperanzas estaban puestas en él para poder ser un revulsivo, aunque llevar un año sin disputar un partido oficial no parecía su mejor carta de presentación.
Debutó ante el Granada 74 en el Heliodoro después de haber llevado a cabo solo tres sesiones de entrenamiento, pero pudo disponer de 20 minutos. Solo jugaría seis partidos más, completando solo tres y saliendo en cuatro desde el banquillo. En total, la aventura de Jesuli duró solo 286 minutos, pero, desgraciadamente, Jesuli sería más asociado con el Tenerife una vez dejado el club.
En una conversación del jugador con Iñaki Badiola, entonces presidente de la Real Sociedad, y grabada por este último, Jesuli decía que los blanquiazules se habían vendido en el último encuentro de aquella temporada en la Rosaleda, donde el Málaga necesitaba ganar para lograr el ascenso a Primera.
“Mis compañeros se vendieron y yo cogí el dinero… no lo iba a quemar”, dijo en andaluz en una conversación hecha pública por el diario El Mundo. El asunto es que el gran perjudicado por el ascenso malaguista era la Real Sociedad, de ahí el interés de Badiola, que, en la misma grabación, preguntaba una y otra vez al jugador por el dinero recibido y los miembros del equipo que aceptaron tal pago. Badiola, ni corto ni perezoso, acusó a Juanma y Raúl Navas de ser los que habían “organizado” el amaño.
Pero aquello iba a durar poco. Jesuli diría posteriormente que quería denunciar a Badiola por desvelar una conversación privada, el Tenerife invitaría al jugador a refrendar sus acusaciones ante notario y el Málaga advirtió a ambos protagonistas, Badiola y Jesuli, que, o se retractarse, o irían a los tribunales.Todo quedaría en nada. La Fiscalía Anticorrupción de Málaga archivó el conocido como Caso Jesuli, principalmente, porque el propio futbolista posteriormente diría que no era verdad y que durante aquel encuentro él se encontraba recuperándose en Sevilla de otra de sus lesiones, esta vez una fractura nasal. Badiola, que durante meses apareció en todos los medios informativos abogando por la limpieza en la administración del deporte sería inhabilitado para administrar bienes ajenos y el Tenerife, afortunadamente, vio como aquella pesadilla duró solo unos meses, en los que el sevillano copó portadas no por su