El hotel Médano

En agosto pasado publiqué en esta misma sección un artículo sobre la plaza de El Médano, donde se sitúa el hotel Médano, del cual hoy hacemos historia. Allí decíamos que la plaza es hoy el espacio urbano central del pueblo marinero, donde se celebran más de 300 actos públicos al año. Protegiendo su esquina sureste se sitúa nuestro hotel, ejemplo del cambio de modelo económico del sur de Tenerife, a inicios de la década de los 60. Se adelanta a los tiempos del Sur, siendo el primero de sus hoteles. Francisco García Feo, don Frasco, su promotor, fue un visionario. Propietario agrícola de la zona, gestionaba el empaquetado de tomates primero de Fyffes. Don Frasco era hermano de Casiano García Feo, que fue presidente del Cabildo de Tenerife, concuño de Antonio García Osorio, alcalde de Granadilla durante la República y padre de Rodolfo García Alonso, también alcalde del pueblo en 1951-1955.

Obligado es reconocer la figura de don Frasco, auténtico pionero del Sur, cuando en El Médano, sin autopista, sin aeropuerto, sin luz eléctrica ni servicios, emprende la aventura de dar el salto de los “tomates al turismo”. El hotel se inaugura en octubre de 1963, luego de una obra que dura unos 5-6 años. Se construye sin derribar el empaquetado de tomates que estaba sobre la punta del Picacho, que separaba la playa Chica de la playa Grande. En un núcleo pesquero entonces de no más de 100 casas de una y dos plantas, se construye un hotel de seis alturas. Modernidad en el volumen, que cierra la playa al viento y ocupa el dominio público marítimo terrestre, con una obra que llamaríamos hoy de “bajo impacto y buena adaptación al entorno”.

En ese entonces el modelo de hotel es otro, busca implantarse en el lugar con presencia. El modelo turístico tiene como referente el Puerto de la Cruz, ya en Tenerife con un siglo de existencia, donde el turismo nace por razones de salud, en el invierno inglés del siglo XIX. El proyecto del hotel lo redacta el Estudio Marrero, heredero del arquitecto José Enrique Marrero Regalado, natural de Granadilla. Traté al autor del proyecto y obra, Félix Sanz Marrero, sobrino de José Enrique, a su hijo José Félix, arquitecto, y a su nieta Cristina, hoy arquitecta de Estudio Marrero; me dejaron planos, datos y anécdotas. El hotel se proyecta como Hotel Balneario de Turismo, con la idea que fuera declarado de “interés turístico nacional”. En ese entonces se redacta con la Normativa de la Dirección General de Turismo de Madrid, como hotel de 1º B, según la Orden de Turismo de 1957. Y se plantea ligado a un “solárium con embarcadero colgante”, en terminología de la época. El hotel contaba en origen con 65 habitaciones, en un solar de 1.100 metros cuadrados, incluida la ocupación de Costas. Hoy el turismo vuelve a reinventarse bajo el signo del wellness, bienestar y la cultura, vectores a los que hoy puede engancharse también nuestro hotel.

Cuando se inaugura en octubre del 63, fue un acto de interés insular. El cronista municipal Emiliano Guillén y mis fuentes familiares así lo relatan. Entre otros muchos fueron, como era costumbre en la época, el general jefe de la Zona de Canarias, Alfredo Carrillo Durán, y el jefe del Estado Mayor, el vicepresidente del Cabildo Pedro Cruz García, era entonces el presidente Isidoro Luz Carpenter, prócer del Norte. Todas las autoridades militares, civiles y religiosas de la Isla. El alcalde en este entonces, Evaristo Gómez. Entre otros también el presidente de la Junta de Obras del Puerto, Cándido García San Juan, luego pionero en el Sur con el hotel Gran Tinerfe en Las Américas. El hotel se aprueba en Madrid, con Fraga de ministro de Turismo (1962-1969). En febrero de 1964 Fraga viene al sur de Tenerife, donde visita Granadilla y El Médano y viene en pleno Plan de Desarrollo (Laureano López Rodo, 1962), acompañado por el ministro del Aire, teniente general Lacalle Langa, a ver el proyectado aeropuerto del Sur y la autopista. Desde esas fechas se urbaniza la plaza de El Médano en el 69, la autopista del Sur se abre en el 71, se urbaniza el casco de El Médano sobre el 73 y se inaugura el aeropuerto del Sur en el 78. Sin duda, el papel de José Miguel Galván Bello, presidente del Cabildo en su primer periodo del 64-71, es decisivo. Con menos medios y más determinación, se hacían más cosas en ese entonces que hoy.

Para acabar llegó la Ley de Costas, con el signo de los tiempos protegiendo el dominio público marítimo-terrestre. En el Derecho Transitorio se valora el éxito de las buenas leyes. La nueva Ley de Costas del 2013 y su Reglamento del 2014 desarrollan en detalle el régimen de prórroga extraordinaria de las concesiones. El caso del Médano es un claro ejemplo donde proteger el dominio público, apoyado en esta actuación ejemplar, del primer hotel en la historia del sur de Tenerife, acomodado al paisaje cultural y al lugar. La nueva Ley de Costas y su Reglamento que lo permite, le dará un nuevo valor y significado a nuestro hotel, plenamente incorporado en la vida local.

*Arquitecto y Urbanista