El dardo

El pacto PSOE-NC

Beneficia al Partido Socialista y a Nueva Canarias el acuerdo suscrito por ambas formaciones para acudir juntas a las elecciones del 20 de diciembre? Si consideramos que la unión hace la fuerza, sí. Y si aplicamos la vigente Ley de d’Hont al reparto de escaños en el Parlamento, que premia a grandes partidos y coaliciones, también. El problema surge cuando -al margen del acuerdo programático llamado “para el cambio político y el progreso de Canarias”, que ambos comparten, igual que cierto feeling político- la alianza se plantea entre un partido nacionalista y otro estatal dados sus diferentes fundamentos ideológicos, que algo tienen que ver con la tradición centralista de uno y los principios autonomistas del otro. También pueden surgir dificultades si, como es el caso, uno de los firmantes, el PSOE, tiene a su vez un acuerdo autonómico de Gobierno con otro grupo nacionalista, CC, al que su socio para las elecciones generales, NC, sitúa como blanco preferido de sus ataques y, para fastidiar, lo alinea junto al PP, en la derecha política. Visto lo visto, no es descartable que durante la campaña electoral surjan algunos roces que quizás enturbien o influyan en el normal desempeño del Gobierno regional.

Tampoco excluiría yo que en Madrid se puedan producir interferencias -por afán de protagonismo parlamentario, sobre todo- en la gestión de asuntos de interés para Canarias, estén donde estén los representantes de NC, voten con el grupo del PSOE o desde el Grupo Mixto, algo aún por decidir. El PSOE sabrá lo que le conviene, y lo mismo NC que, aunque no lo pretenda, deja un campo casi expedito a Coalición Canaria para que este partido se erija en genuino representante de los intereses nacionalistas. Sobre las perspectivas electorales que se adjudican José Miguel Pérez y Román Rodríguez -entre 7 y 8 diputados y otros tantos senadores-, me parecen muy optimistas, aunque dependerán de dónde se coloque el corazón ideológico del votante de NC: si primero en la izquierda y luego en el nacionalismo o al revés. Yo creía en la continuidad del pacto electoral entre CC y NC de la actual legislatura, dado su funcionamiento satisfactorio. Egoísmos y mezquindades lo han impedido, lo mismo que la deseable unión de todo el nacionalismo bajo el mismo paraguas electoral.