La primera jornada de los Juegos Cabildo de Tenerife de Lucha Canaria deparó los triunfos de la escuela de Santa Úrsula ante el Punta Brava en alevines (23-13), de la escuela de Tegueste ante Ravelo en benjamines (25-11) e infantiles (26-9), así como de la de Valle de Guerra ante La Orotava en benjamines (24-12), alevines (24-7) e infantiles (27-8) y de La Victoria ante el Hespérides en benjamines (15-21), alevines (14-23) e infantiles (17-19).
En cuanto a la zona sur de Tenerife, la escuela de Candelaria derrotó a la de Arico en alevines (25-10) e infantiles (20-15) y cedió en benjamines (17-19). Por su parte, Arafo derrotó a San Miguel en benjamines (22-14) y cedió en alevines (10-26) e infantiles (14-22). El Benchomo venció al I’Gara en prebenjamines (23-13), benjamines (28-8) y alevines (32-3) para caer en infantiles (13-22).
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Un criterio claro ante situación de riesgo
El pasado sábado se desarrolló el grueso de una jornada que estuvo marcada por la intensa lluvia en la zona norte de Tenerife. Algunos monitores tuvieron problemas para poder recoger a sus pequeños y completar las plantillas para luchar ante el temor de los padres, y después desplazarse hasta el terrero del rival para comenzar la brega.
¿Quién tiene la potestad para suspender las concentraciones? Y si no son los monitores, ¿Quién debe valorar una posible situación de riesgo para los niños? Ante todo hay que utilizar el sentido común y no lo que dicte un ‘coordinador’ del Cabildo o la Federación bien calentito desde un despacho o en su casa, ajeno a la situación en una zona geográfica concreta.
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