A pesar del sinsabor por décadas de indignante silencio, las víctimas canarias de la acción violenta que en su día llevaron a cabo el Frente Polisario y el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) al fin han recibido las condecoraciones que merecían, con lo de reconocimiento que ello conlleva. El Ministerio del Interior entregó ayer en la sede de la Delegación del Gobierno (Las Palmas de Gran Canaria) un total de 18 grandes cruces y 31 encomiendas a 49 víctimas y a sus familiares, entre los que han figurado empresarios, trabajadores y miembros de las Fuerzas Armadas. El hecho de que ambos grupos abandonasen hace tanto la lucha armada no bastaba para cerrar esa triste página de nuestra historia sin una mínima reparación para los perjudicados directos de la misma, como tampoco se superarán las heridas de la Guerra Civil mientras no se recuperen de las cunetas a los represaliados de entonces. Para que se hiciera realidad nació hace ya casi un decenio la Asociación Canaria de las Víctimas del Terrorismo (Acavite). Bravo por ellos.