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La despedida del hidalgo

La lucha por los ideales, por ayudar a los más débiles, tener sueños y la sinceridad, son algunas de las enseñanzas que deja este año en Los Silos Don Quijote. El legendario personaje de Miguel de Cervantes centró la XX edición del Festival Internacional del Cuento, una iniciativa que se ha consolidado con el transcurso de los años y en la que se implica todo el pueblo.

Aunque quedan dos días fuertes para el cierre, su director, Ernesto Rodríguez Abad, se atreve a hacer un balance. En este sentido, destaca la buena respuesta de los 4.000 escolares que participaron de las diferentes actividades organizadas y hace especial hincapié en los adolescentes, un público que define como “complejo y al que hay que saber llegar”.

Los responsables del festival se han ido perfeccionado durante todos estos años para llegar tanto al docente como al alumno. Un proceso que ha sido muy interesante y que constituye uno de los “platos fuertes” de esta apuesta artística y creativa, que ha logrado convertirse en un referente de Los Silos y que atrae cada año a miles de visitantes.

El festival se reinventa cada año para “estar vivo” y “sorprender”, y para ello es indispensable la incorporación de elementos nuevos que atraigan al público. En esta edición se reforzaron los talleres con las familias, a las noches del terror se les añadió “un toque artístico” con actores, actrices, músicos en vivo, y decorado, que años atrás no se pudo hacer por falta de financiación.

Otra novedad es ‘Viaje al corazón de Los Silos’, una propuesta que combina la historia del pueblo con la literatura, en la que los participantes caminan hasta la zona donde se encuentran los antiguos graneros, fincas privadas, que sus propietarios abren para escuchar allí un cuento.

El destino de Rocinante

Pero sin duda, la gran apuesta ha sido Rocinante, el caballo del Don Quijote, que todos pueden ver en la plaza de La Luz. Esta gran escultura de madera, obra del artista italiano Luigi Stinga, es admirado por vecinos, visitantes y los narradores del festival, que a diario posan a su lado.

“El pueblo adora a Rocinante y lamenta que tenga que ser quemado, pero hay que respetar la decisión de su creador”, apunta el director. Esta acción se concretará después del festival, en la playa, “y con el respeto que merece, no de cualquier forma”. A su lado se encuentra un molino de viento, obra de Víctor Méndez, aparejador del pueblo, cuyas dimensiones, seis metros de diámetro y siete de altura, atrae a grandes y pequeños. Su destino es incierto. Los vecinos quieren trasladarlo a otro sitio para seguir disfrutándolo, pero eso es imposible y lo más probable es que se desmonte. La participación e implicación del pueblo confirman que El Quijote es un personaje “que va mucho más allá de la novela, que nos enseña a luchar por nuestros ideales y que está más vivo que nunca, igual que el festival”, recalca su director. Una realidad que le confirma que no estaba equivocado cuando hace dos décadas atrás apostó por este proyecto en Los Silos.

Asignatura pendiente: la Casa del Cuento

La Casa del Cuento, un proyecto que data el año 2005 sigue siendo la asignatura pendiente del Festival Internacional. Sin embargo, ello no depende de sus organizadores, sino del Cabildo de Tenerife, que tiene que destinar la inversión necesaria para acometer las reformas necesarias en el inmueble, una casona que data del último cuarto del siglo XIX.

El director del Festival, Ernesto Rodríguez Abad, no entiende por qué esta actuación no ha podido concretarse todavía, teniendo en cuenta que no se trata de una gran cantidad económica, porque lo más costoso, la adquisición del inmueble, ya se ha hecho.

“Cada cierto tiempo el proyecto vuelve a ser posible. Hay promesas pero no realidades”, declara. Dada las dimensiones que ha adquirido el Festival resulta imprescindible disponer de un lugar físico, un “centro neurálgico” que lo ayude a seguir creciendo como lo ha hecho durante todos estos años. “Creo que la presencia de 65.000 escolares durante estas dos décadas es una prueba más que suficiente para demostrarlo”, sostiene.