BALONCESTO

Otro varapalo más

IBEROSTAR TENERIFE GIPUZKOA
Nico Richotti no pudo repetir la sensacional actuación del duelo frente al CAI Zaragoza. / S.M.

Algún día tenía que ganar el Gipuzkoa, lo que pocos esperaban es que ese día fuera ayer, en el Santiago Martín, y ante un Iberostar Tenerife que recordó al de casa ante Estudiantes, Andorra o Manresa. Esta vez, como frente al CAI, no apareció Nico Richotti, o lo que es lo mismo: en esta ocasión nadie salvó a los aurinegros de una derrota que pareció llegar más por deméritos suyos que por méritos de un oponente que, toda hay que decirlo, después de verlo ayer, no parecía ser el único conjunto de toda la liga sin un solo triunfo en su casillero.

Hasta llegar al 72-74 final conseguido por Pedro Llompart en una de sus características penetraciones, hay que entender que los aurinegros volvieron a firmar un encuentro a tirones, sin la continuidad necesaria y firmando un pobre 40% en tiros libres que acabó por ser decisivo. Pudo ser peor, por supuesto, porque los vascos llegaron a ir ganando de diez puntos (32-42) en el segundo cuarto, pero la derrota de ayer, con razón, puede generar nuevas dudas alrededor del equipo. Después de haber hecho lo más complicado, levantar la cabeza en casa e imponerse al Baskonia en Vitoria, ayer aparecieron viejos fantasmas que los aurinegros deben hacer desaparecer de una vez por todas.

El partido empezaría con buen acierto exterior local, 3 de 5 en triples para el 12-4, pero con un Gipuzkoa que, desde el primer momento, se tomó el compromiso como una reválida.

De esa forma, Jordi Grimau se echaría el equipo a su espalda para, una y otra vez, desbordar a Ian O’Leary anotando ocho puntos de manera consecutiva y dejando las cosas en 20-18.

El cuarto acabaría generando las primeras dudas en la afición local, que ha visto demasiadas derrotas a estas alturas de campaña a pesar de que, por lo apretado de la clasificación, aún todo es posible en la primera vuelta.

Lawrence, base que llegó a San Sebastián con buen cartel pero que aún no ha dado el rendimiento esperado por tierras vascas, asumió el revelo de Grimau, anotando cinco puntos para llevar el duelo al 30-35 con el necesaria tiempo muerto de Txus Vidorreta.

Sirvió de poco, de muy poco, porque el RETAbet siguió a lo suyo, defendiendo duro, rotando bien y haciendo en ataque lo que saben y logrando los primeros, y únicos, diez puntos a su favor de toda la tarde (32-42). Las alarmas sonaban a pesar del 36-42 con el que acabó el segundo cuarto, especialmente por lo espeso del ataque aurinegro y los malos porcentajes del mismo. Para colmo de males, la defensa no era buena, con lo que se daban todos los ingredientes para que los visitantes, con razón, siguieran creyendo en sus posibilidades de triunfo.

Todo pareció cambiar tras el descanso. Tres triples, dos de Abromaitis y otro de Richotti,daban la impresión de que los insulares estaban más frescos en ataque y que los vascos acabarían por hincar la rodilla, aunque fuera por una cuestión de cansancio.

Un parcial de 16-4 apoyaba lo que se estaba viendo sobre el parqué, pero, incomprensiblemente, el Iberostar Tenerife dio vida a su rival a partir de ese momento. El Gipuzkoa, que según palabras de Pedro Llompart la pasada semana no había logrado ser competitivo en ningún partido anterior, siguió a su ritmo, tratando de recortar diferencias y dando por bueno el 58-57 final que dejaba todo por decidir.

Jones y Beirán acercarían al Iberostar Tenerife a la victoria, 63-58 (min 33), antes de que todo comenzara a torcerse de manera inexplicable. A los locales no le entraban tan fácilmente los triples, como tampoco los tiros libres, algo que aprovecharon los de Porfirio Fisac para cerrar en la zona y cometer faltas antes que permitir canastas fáciles de los de Vidorreta.

Urtasun, con un triple muy lejano, puso el 63-62 antes de que White respondiera para, posteriormente, ser protagonista negativo del duelo. El base norteamericano, que continúa marcado por la irregularidad, falló hasta tres tiros libres en los momentos finales del encuentro, poniendo en bandeja la victoria a un Gipuzkoa que bastante había regalado ya hasta el momento como para ceder ahora, cuando había conseguido mantener el partido tan vivo.

Pedro Llompart la tuvo y no falló. Con una entrada a canasta, de esas que no ejecuta con velocidad, pero siempre le salen, se plantó debajo del desprotegido aro aurinegro, metiendo la pelota dentro del mismo.

Quedaban tres segundos para el final del duelo, tiempo suficiente para una canasta, pero el pase desde la banda de Javi Beirán fue a parar a manos de un Blagota Sekulic que, de espaldas al aro, trató de darse la vuelta y anotar, pero el balón se estrelló con el hierro.

Nueva derrota del CB Canarias, la cuarta en el Santiago Martín, y ante oponentes teóricamente, y en la clasificación, inferiores, lo que provocó el desconsuelo de su afición y la charla que, inmediatamente después del partido, tuvo Vidorreta con unos jugadores que tendrán la oportunidad de sacarse la espina de ayer el próximo miércoles 23, en San Pablo, ante el Baloncesto Sevilla.