Los lunes nunca han sido fáciles de digerir. El regreso a la dictadura del reloj retrata un espacio temporal que no se deja gestionar; y si ese lunes es el que viene después de los carnavales la digestión se vuelve aún más lenta y pesada, hasta el punto de que alcanzar el mediodía sin venirse abajo exige ciertas dosis de creatividad, heroicidad y coraje. A veces la cosa se complica todavía más.

Colocando el listón de exigencia en lo más alto, puede darse la circunstancia añadida de que el lunes amanezca con España en funciones, sentada en el andén de la estación viendo pasar una y otra vez los trenes, las semanas y los meses. Cuando esto ocurre, si cartas astrales mal dadas o el calendario reúnen a la resaca de los carnavales con un país atrapado desde el 20 de diciembre en un interminable lunes al sol, la única manera de sobrevivir al arranque de la semana pasa por, echándole imaginación, juntar fuerzas y ponerse cosas en la agenda con las que echar o matar la mañana. El de ayer fue un lunes al sol muy malo, de los peores. Al estar España en funciones, y con pinta de seguir así hasta junio u octubre (dependiendo de si finalmente hay o no elecciones), la interinidad lo contagia y empapa todo, provocando que el Gobierno de España y los gobiernos autonómicos vivan atrapados en sus respectivos lunes al sol. Ayer algunos lo resolvieron rescatando en las redes los seis goles del mejor Barça o el concurso de mates de la NBA; y, como estos lunes al sol no están siendo fáciles de afrontar, hay quienes optaron por reunirse en la sede de Presidencia para contarle a un ministro en funciones de un Gobierno en funciones la estrategia del Gobierno de Canarias para promocionar las ventajas económicas y fiscales de las Islas. Siendo de cajón que José Manuel Soria se sabe de memoria esa estrategia de promoción (entre otras cosas, porque fue consejero de Economía), al menos con la reunión de ayer echaron un ratito para capear otro lunes al sol.