la laguna

Don Fernando Guanarteme, ¿en la ermita de San Cristóbal?

Escultura en honor a Fernando Guanarteme, del ya fallecido escultor Juan Borges, ubicada en Gáldar. / L. SÁENZ
Escultura en honor a Fernando Guanarteme, del ya fallecido escultor Juan Borges, ubicada en Gáldar. / L. SÁENZ

El director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Clavijo, anunció recientemente, a DIARIO DE AVISOS, que uno de sus objetivos para esta legislatura es buscar los restos de don Fernando Guanarteme, que, según la tradición, descansan bajo la ermita de San Cristóbal, en La Laguna. Pero ¿quién fue este aristócrata aborigen, considerado el último rey de Gran Canaria?. “Es un personaje fundamental para entender no solo la historia de Gran Canaria, sino de Canarias”, afirma Jorge Onrubia, profesor universitario y arqueólogo asesor en este proyecto. “Es un personaje de relevancia, del que paradójicamente tampoco tenemos tantos datos históricos contrastados -añade-, y que pasa a la historia como don Fernando Guanarteme, y cuyo nombre indígena no conocemos, se diga lo que se diga. El nombre de resonancias canario-amaziges con que a menudo se le designa, Tenesor Semidán, no parece digno de demasiado crédito. Y es que hay que recordar que este supuesto antropónimo prehispánico no se registra antes de la segunda mitad del siglo XVII, cuando empiezan a proliferar en la historiografía local toda una serie de presuntas genealogías de la realeza canaria”.

Lo que sí que se sabe es que era “un miembro destacado de los linajes aristocráticos de Gran Canaria” y que se consideró el último rey indígena de la isla. “Era un concepto de realeza que seguramente no era el que tenían los europeos, pero los guanartemes eran los que lideraban las negociaciones con los europeos y los colonos y, durante la conquista, son los interlocutores de la sociedad indígena de la isla”, explica Onrubia.

Hacia 1468, prácticamente en el inicio de la conquista de las Islas Canarias, “desaparece el guanarteme que en ese momento estaba en la pirámide indígena, Guanarteme el Bueno, cuyo nombre tampoco se conoce muy bien. A su muerte, se produce un vacío de poder y emerge la figura tan importante de don Fernando Guanarteme, quien lidera, en un primer momento, el enfrentamiento con los castellanos y, posteriormente, el pacto, la integración, de los indígenas”.

¿Un traidor?
En este sentido, según avanzan las operaciones de la conquista de Gran Canaria, los castellanos intentan llegar a Gáldar, que era la capital indígena de la isla y sede del poder político y religioso. “Y capturan a Fernando Guanarteme -relata el profesor-, aunque yo sostengo que fue una entrega voluntaria, que hubo una negociación y que él decide, con una parte de su parentela, pactar con los castellanos. Lo llevan a la Península, donde lo bautizan como don Fernando Guanarteme, y a su regreso él colabora, de ahí esa idea de que era un traidor, con los castellanos en la sumisión de la isla, ayudándole a someter los últimos focos de resistencia”.

Viajes a la Península
“Él ve que ese intento de resistencia es una batalla perdida e intenta negociar la rendición en las mejores condiciones, y eso le lleva a participar con los castellanos y a que, cuando acabe la conquista, toda su parentela obtenga de los Reyes Católicos el privilegio de permanecer en Gran Canaria y no ser deportados, como pasó con muchísimos indígenas -apunta el también arqueólogo-, y se quedan en Gáldar, donde hay un núcleo importante de indígenas canarios”.

Fernando Guanarteme hizo varios viajes a la Península, donde incluso en una ocasión participó en un desfile junto a Boabdil, rey de Granada, y los Reyes Católicos. En las Islas participa junto a sus parientes en la sumisión de las revueltas gomeras, así como en la conquista de La Palma y de Tenerife. “Es un personaje que desempeña un papel fundamental en la conquista y del entorno inmediato de Alonso Fernández de Lugo, a quien salvó personalmente en un momento muy comprometido -cuenta Onrubia-. Al poco de la conquista de Tenerife, muere aquí”, en los últimos meses de 1496 o los primeros de 1497.

A juicio de Jorge Onrubia, Fernando Guanarteme es un “personaje fundamental para entender no solo la historia de Gran Canaria sino de Canarias. De ese proceso de mestizaje, que es un elemento clave de la sociedad canaria y que hay que destacar. Es una persona que en un momento determinado desempeña este papel y entiende que la oposición a la Corona castellana es muy complicada, intenta salvar lo que él entiende que hay que salvar de su propia sociedad, frente a otros en la propia sociedad isleña que se rebelan”.

¿Dónde está enterrado?
La tradición oral dice que los huesos de Fernando Guanarteme están enterrados en la ermita de San Cristóbal de La Laguna, ubicada en la plaza conocida en la actualidad como de La Milagrosa, aunque no hay ningún “aval documental” que lo asegure. “En mi opinión, no se enterró ahí porque aún no estaba construida cuando murió -apunta el profesor universitario-, sino que se enterró en la primitiva iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Pero lo que sí que puede que ocurriera es que, cuando se erige la actual iglesia de La Concepción, los huesos que hubiera allí se trasladaran a otro sitio, como la ermita, como dice la tradición de manera recurrente”.

Recuperar la memoria
Jorge Onrubia apunta que la petición de la recuperación de los restos de don Fernando Guanarteme, sobre todo por parte de asociaciones y vecinos de Gáldar, es un tema “recurrente desde hace muchísimos años”, en el marco de “todo esto de la recuperación de la memoria, con esta especie de síndrome memorialístico que vivimos, de la recuperación de todos estos personajes que han marcado la historia y que simbolizan los valores de una supuesta o real patria. Y Fernando Guanarteme ejemplifica para muchos grancanarios esta figura. Es uno de los hijos más ilustres de Gáldar, de hecho fue declarado hijo predilecto”, destaca al respecto.