Un tinerfeño en el arte marcial más extremo del mundo

Aitor Alonso, después de uno de sus combates de muay thai en Tailandia. / DA
Aitor Alonso, después de uno de sus combates de muay thai en Tailandia. / DA

Aitor Alonso nació valiente. Desde muy temprana edad lo demostró subiéndose al cuadrilátero a combatir con rivales que le sacaban edad, peso y experiencia. El fajador tinerfeño nunca ha tenido reparos en aceptar los retos que se le han ido poniendo por delante en su trayectoria deportiva.

Afincado en Pattaya (Tailandia) desde hace unos cuantos años junto a su padre Javier y a su entrenador y consejero deportivo y personal, Franco Consalter, Aitor ha tenido enfrente a lo mejor de lo mejor de su peso a nivel mundial dentro del muay thai. El reto de esta semana va más allá.

Aitor se estrenará bajo las reglas de lethwei, el boxeo birmano, una especialidad donde las reglas de golpeo son las mismas que en muay thai pero se añade el uso de la cabeza. Las protecciones para las manos casi no existen y las cuerdas que sujetan el cuadrilátero no llevan ningún material acolchado.

Para añadirle más ingredientes picantes a esta experiencia, Aitor se verá las caras con uno de los grandes ídolos locales, Maung Jor, un hombre que también ha participado en algunas galas de la organización Thai Fight, bajo reglas muay thai y que es un auténtico fenómeno de masas a nivel nacional y no solo en Rangún, donde se celebrará el evento. Maung Jor es el actual campeón de su división y es un asiduo de las grandes galas de la especialidad birmana.

No hay rendición, rendirse significa perder el honor y, de paso, no volver a pelear en Birmania dentro del lethwei, convertido, mayoritariamente, en el sustento económico de sus practicantes y los miembros de su familia.

Al igual que en el muay thai, el lethwei también tiene sus rituales previos al comienzo de los combates. Los dos boxeadores realizan una danza tradicional tras la cual unos golpes en sus propios hombros avisan al rival de que están listos para pasar a la acción.

El combate está pactado en 69 kilos, un peso en el que Aitor va muy cómodo y en el que siempre se está moviendo, oscilando entre los 67 y los 70 kilos. Javier Alonso, relataba ayer desde el cuartel general de la familia, en Pattaya, que son “muy pocos los extranjeros y hasta los tailandeses que se aventuran a ir a pelear allí por las duras condiciones” bajo las que se celebran los combates aunque conociendo la bravura de su hijo Aitor, tiene la esperanza “de que todo salga bien”.

El norteamericano Cyrus Washington es uno de los pocos extranjeros que se ha convertido en estrella de la especialidad. Washington, conocido como Black Dynamite y nacido en Lansing (Michigan) la patria chica de Magic Johnson, se ha ganado el respeto de los aficionados peleando con los mejores de su peso y derrotando a los campeones locales, aunque también ha sufrido duros traspié.

Cyrus Washington, una de las estrellas mediáticas del lethwei, recibe una patada, durante un combate. / DA
Cyrus Washington, una de las estrellas mediáticas del lethwei, recibe una patada, durante un combate. / DA

El combate se celebrará este miércoles y Aitor no estará solo en Birmania. Franco Consalter saldrá en su esquina acompañado de otro miembro destacado del Komando Pattaya, Mika Muraille, que ayer estuvo ayudando a Jonay Risco en su rincón dentro del combate del sanmiguelero en el Kunlun Fight.

Las grandes galas birmanas de este deporte, considerado uno de los más violentos del mundo, suelen durar tres días y los combates se van desarrollando según su importancia, su nivel y trascendencia, de menor a mayor. Aitor Alonso partió ayer desde Pattaya para llegar hoy a Birmania y completar la ceremonia del pesaje oficial antes de que empiece el primer día de combates.

Por nocáut o nulo. Las reglas del lethwei establecen que no hay victorias por decisión de los jueces, los púgiles sólo ganan por nocáut y si al final de los cinco asaltos que duran los duelos no ha habido fuera de combate se declara combate nulo.

El deporte nacional. El lethwei es el deporte nacional birmano. Sus eventos se retransmiten en directo por la televisión estatal y en los estadios donde se celebran las veladas se suelen agotar las localidades.

Un ‘viaje’ de diez horas. Aitor Alonso llegará hoy a Rangún procedente de Pattaya, su lugar de residencia habitual. Habrán sido 10 horas de viaje en un minivan, una pequeña furgoneta de transporte.