Algo falla. Con 38 años el piloto de motos argentino Jorge Andrés Martínez Boero, tras sufrir un accidente en el kilómetro 55 de la primera etapa del Dakar, entre las localidades argentinas de Mar del Plata y Santa Rosa, es la última víctima mortal de un rally que ha costado ya muchas vidas. El piloto sufrió un paro cardiaco provocado por la caída y no pudo ser reanimado por el personal médico que lo atendió cinco minutos después del accidente. La cifra de muertes en el Dakar se aproxima ya a sesenta, contando participantes, medios de información y seguidores desde que el motociclista Patrick Dodin, primera víctima moral. Perdió la vida en 1979 tras salirse de la pista en Agadés (Niger). Los años más luctuosos fueron en 1986, edición en la que murieron siete personas entre ellas el alma mater de la prueba, Thierry Sabine, y 1988, en el que fallecieron seis. Entre los fallecidos se encuentras dos españoles: Tomás Urpí, que seguía algunas etapas de la prueba en 1996, y el piloto José Manuel Pérez, El Carni, como consecuencia de un accidente en 2005. Está claro que este martirio no puede continuar. Alguien, de una u otra forma, tiene que parar esta locura de muerte innecesarias.