Vértigo

Paulino dice no > José Carlos Alberto Pérez-Andreu

La única vez que José Miguel Barragán me ha atendido en los micrófonos de la COPE (tras el posicionamiento de CC en el parlamento en torno al petróleo), me hizo entrever una posibilidad bastante siniestra. Me contaba Barragán que si la compañía Repsol y el ministerio de José Manuel Soria se sometían a las directrices europeas de control de hidrocarburos que entrarán en vigor aproximadamente en un año, se dibujaría un escenario nuevo para opinar sobre el tema de las prospecciones y extracciones petroleras. Es decir, que CC podría cambiar de opinión. Esas declaraciones del portavoz parlamentario nacionalista, que lo único que intentaban era ganar tiempo para alcanzar a un acuerdo bilateral Canarias-Estado sobre el reparto del botín, han sido dinamitadas por Paulino.

El presidente Rivero se ha encargado de dejar meridianamente claro que la postura de CC en el tema del petróleo es el no más radical. No hay negociación de prebendas, ni tampoco un posible cambio de posturas digan lo que digan las hipotéticas directrices europeas a cumplir: no es no. El jefe del ejecutivo canario se ha echado al monte en representación de los canarios más afectados. De su mano: Mario Cabrera y Pedro San Ginés, presidentes de los cabildos majorero y conejero, respectivamente.

Repsol podría ser víctima en breve, si no lo está siendo ya, de una campaña de desprestigio público en las Islas Canarias con motivo de sus nunca solidarios intereses. El primero en alzar la voz públicamente en este sentido, ha sido el presidente del Cabildo tinerfeño Ricardo Melchior, que ha advertido que llevará ante la Fiscalía General del Estado: “a quien salga beneficiado o auspicie” que Repsol invierta “millones de euros” en una campaña para informar al pueblo canario “ de cosas que no son ciertas”.

Lo que en un principio se entendía como una batalla económico-fiscal, hoy es fundamentalmente una batalla que se dirime en la escena política. Por si fuera poco, Melchior apostilla entre otros detalles que “durante los últimos cien años las guerras se han producido como consecuencia de apropiarse de las minas de carbón, de los pozos petrolíferos y de las explotaciones de gas natural”. Ahí es nada.

Paulino ha dicho no al petróleo y las adhesiones que algunos vaticinaban estériles dentro de su propia formación, resulta que se tornan cada vez a más dentro y fuera de CC; dentro y fuera del mundo de la política. Tal y como se está terciando el panorama, lo que sí parece obvio es que, quienes veían en el asunto del petróleo canario un acto administrativo sin más, se van a encontrar con un lío social importante que va creciendo por momentos. La brecha cada vez es mayor y el final (a día de hoy) de lo más incierto.

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