literatura >

Contra la dictadura del miedo

SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

Juan Bosco llega estos días a las librerías canarias con su novela La lista. / DA

Como un exorcismo literario y también como un imperativo moral. Desde esa perspectiva se desplegaron las motivaciones que llevaron a Juan Bosco (La Orotava, 1973) a escribir La lista, una novela ambientada en La Orotava que une realidad y ficción para hablar sobre la represión franquista en Canarias.

“La idea de escribir esta historia se me ocurrió hace cinco años -explica el escritor-, a partir de los relatos sobre las víctimas del franquismo; sobre los asesinatos cometidos por los golpistas, como el de José Carlos Schwartz, el último alcalde republicano de Santa Cruz; sobre la posguerra en el Norte de Tenerife, y también debido a las iniciativas puestas en pie para rescatar del olvido a tantas personas, muchas de las cuales se dice que fueron enterradas en el Bucio de Maja, en Las Cañadas del Teide”.

La lista, que acaba de ser publicada por la editorial barcelonesa Principal de los Libros y llega estos días a las librerías canarias, parte de un hecho real que, sin embargo, pudiera parecer ficción, el frustrado atentado contra Franco durante la celebración del Corpus Christi orotavense, el 18 de junio de 1936, justo un mes antes del alzamiento militar.

En su novela, Juan Bosco nos presenta a un joven fraile que recala en la Villa en 1940, a cuyas manos llega un lista con los nombres de 86 personas que los franquistas piensan asesinar en virtud de ser contrarios a sus ideas políticas. Pero además, La lista también cuenta una historia de amor, la de este religioso, el hermano Lucas, con Rosa Pastrana, la hija de los condes de Tres Cantos. “Ambos deberán decidir si abandonan su cómoda posición social y arriesgan su propia vida para intentar salvar a quienes figuran en la lista”.

La voz de los silenciados

“A la hora de ponerme a escribir, la realidad ya me aportaba unos elementos muy sólidos para construir el relato -apunta Juan Bosco-, pero también concebí este proyecto como una suerte de exorcismo literario y también como un imperativo moral, que tiene que ver con la necesidad de contribuir a que se pierda el miedo, a que hablen los que no lo pudieron hacer o los que tuvieron que callar”. “Hablo de un miedo -apostilla- que, por increíble que parezca, después de tantos años no se ha ido del todo e incluso se ha transmitido a las siguientes generaciones”.

A este respecto, Juan Bosco señala que, tras escribir su novela, se ha encontrado con gente que le ha contado historias reales de esa época, “que en crudeza y dramatismo superan con creces” a las que él mismo recrea en La lista.

En esa línea, a Juan Bosco no deja de llamarle la atención este silencio que a menudo se mantiene sobre unos hechos tan trágicos o incluso, yendo más lejos, las lecturas revisionistas que tratan de “modificar” el pasado. “Lejos de curar heridas -recalca-, eso lo único que hace es acrecentar el dolor”.

Con amplia trayectoria en el mundo de la poesía, el relato y también como cantautor, ésta es la segunda incursión en el ámbito de la novela que realiza Juan Bosco. En 2009 escribió junto a Marta Vila El tercer latido, una obra de encargo dirigida al público juvenil que salió en la editorial Destino dentro del proyecto Alianza de Civilizaciones. “Ese primer trabajo me dio la experiencia -precisa- para abordar un proyecto literario de largo recorrido, para lograr que las circunstancias personales que rodean tu día a día no te alejen de esa concentración que es indispensable para crear una novela”. “De hecho -concluye-, esa receta, la de disciplina, disciplina, disciplina, es la que me aporta la ilusión para seguir adelante con el nuevo proyecto en el que ahora trabajo”.