España va fantásticamente bien ¿Qué no? Compre un periódico o encienda la tele. ¿Que todo lo que lee y ve son malas noticias? Pues va a ser que usted no ha elegido ni los periódicos correctos ni ha sintonizado el canal de televisión adecuado. Si usted quiere evitar una sobredosis de malas noticias y no le apetece meter la cabeza en un agujero lo que tiene que hacer es seleccionar qué leer o qué ver en cada momento.
Por ejemplo, si le preocupa el futuro de la monarquía debe leer el ABC y comprenderá que lo ocurrido en Botsuana no solo no daña a la corona, sino que la refuerza. Para empezar el rey no estaba ni de vacaciones ni de safari, estaba trabajándose a un empresario saudí (o kuwaití o de algún país con mucha pasta) para que invierta en España. Tampoco se rompió la cadera; se sacrificó por el país y pasó por quirófano solo para demostrar que no hay listas de espera sanitarias ¿El elefante? Otra muestra más de su humanidad porque con esa escopeta el rey acabó con el elefante sí, pero también con su sufrimiento existencial al saberse avocado a la extinción. Obviamente, las muletas no evidencian su avanzada edad; el rey las usa para darle ‘visibilidad’ al colectivo de personas con discapacidad. Y no ha llegado el momento de abdicar. Para nada, que ahora que hablan de seguir subiendo la edad de jubilación él quiere dar ejemplo.
Para temas económicos sintonice Intereconomía y comprobará que no hay recortes; hay reformas para garantizar derechos.
Ajustes que permiten acabar con todos esos vagos subsidiados que se han aprovechado del sistema para recibir sanidad, educación y justicia sin pagar por ello. Porque los servicios cuestan y hay que empezar a pagarlos con sudor (sí, como en Fama) ya que solo así aprenderemos a valorarlos. O sea, que nuestro presidente, en el fondo, lo que está es enseñándonos la importancia de la cultura del esfuerzo lo que nos hará más fuertes y mejores personas.
Si quiere quedarse con la tranquilidad de saberse en un Archipiélago con un próspero futuro y con un PIB que sería la envidia de Merkel, recupere cualquier articulo atrasado de Antonio Cubillo y se le llenará el corazón de orgullo y de estrellas verdes con esa ingeniosa forma de contar que ya quisiera para sí la lechera del cuento.
Cierto es que este método lo dejará a usted desinformado, sin capacidad de tener criterio para sacar sus propias conclusiones. Quizás note ese vacío, quizás no. Debe usted valorarlo y decidir qué prefiere; vivir angustiado ante la certeza de un futuro inmediato incierto con pésimas perspectivas de crecimiento económico y con la convicción de que la asfixia de los recortes aumentará la cola del paro o dejarse llevar por una combinación perfecta de periódicos, articulistas y canales de televisión que le permitirán dormir tranquilo. Elija usted, pero tenga en cuenta que la realidad será la misma y poco podrá hacer ante ella (no se moleste en convocar una huelga general; no funciona) así que lo único que cambiará es si le sale a usted una úlcera o no y le recuerdo que dentro de nada, le van a cobrar los medicamentos. Allá usted.