La violencia ya está aquí

Mira que está anunciado, pero el reloj, siempre inexorable, ya marca la hora. En menos de 48 horas se han registrado una algarada en el Rectorado de La Laguna y la interrupción forzosa del tráfico de Santa Cruz de Tenerife a cuenta de la supresión de servicios. Ojalá que no vaya a más, pero es absurdo cerrar los ojos ante la realidad: la sociedad canaria en general y tinerfeña en particular está alcanzado su límite de elasticidad a la hora de apretarse el cinturón, y ya amenazan las costuras con romperse. El tema da para mucho, pero es de fácil resumen: empiezan a pintar bastos.

El efecto rebote

Ya que hablamos de violencia, será bueno recordar su efecto rebote, tan injusto como real. Los principales perjudicados por lo del rectorado serán los grupos que convocaron una protesta que, si no hubiera sido por los cuatro de turno, había sido ejemplar. En cuanto a lo de la avenida de las Islas Canarias, se echa de menos un mensaje de mesura con la que está cayendo, oiga…