on air >

Buscando la felicidad, por Óscar Herrera

Buscamos un motivo para ser un poco felices. Cualquiera de nosotros, en estos días de apreturas, estrecheces económicas y angustia por el panorama que nos rodea, estamos agarrándonos a cualquier pequeño detalle cotidiano para evadirnos de la realidad que nos toca vivir. Cada uno se refugia en momentos y situaciones que nos ayuden a caminar y tirar para adelante. La familia, los amigos, unas horas de escape y algún momento de hipnosis personal que nos haga olvidar que la vida y el día a día no es precisamente un camino de rosas. Por eso necesitamos algo que nos alimente, algo que nos alegre internamente y algún motivo para sonreír. Nos estamos olvidando de eso, de sonreír. Vamos por la vida con mala cara y con la pesadumbre y el miedo reflejado en el rostro. Ya no sonreímos tanto, ya no disfrutamos tanto.

Por eso, para muchísimas personas en Tenerife, su equipo es tan importante, por eso para muchos tinerfeños, el Teide y el Tenerife son su motivo de orgullo y sus referentes simbólicos y tangibles. Para otros no, los respeto, pero para todos aquellos que amamos al Tenerife y lo queremos como a un ser querido y cercano, es tan importante la felicidad futbolística. Nuestro equipo lleva dándonos disgustos unos años, y ahora estamos deseando que aunque en una categoría como la Segunda B, poder ser temporalmente felices con unas victorias y un ascenso. Sé perfectamente que el hecho de ganar partidos y subir de categoría no cura enfermedades ni da trabajo a quien no lo tiene, pero ayuda bastante a ser mas dichosos y a ver las cosas con un poquito mas de optimismo. Hay gente y aficionados que por poco que tengan en su vida, el Tenerife es su guía y su válvula de escape y así el Tenerife es un sentimiento tan grande que marca el paso de muchos de nosotros, lo tenemos como algo tan nuestro que sufrimos con sus caídas y somos felices con sus éxitos. Hay quien no lo entiende pero me da igual, el amor en ocasiones es incomprendido y no por eso dejamos de practicarlo.

Merecemos los aficionados una alegría después de tanto sinsabor, merecemos un ascenso y que los domingos vuelvan a ser sinónimos de momentos de ilusión. Necesitamos que el Heliodoro sea una fiesta este próximo domingo y aunque no venga el Barcelona o el Real Madrid, convertir este partido en una fiesta con final feliz. Eso lo sabemos hacer, como sabemos también estar a las duras cuando toca. Por todo ello y muchos mas somos del Tenerife, por estas y tantas cosas queremos al Tenerife, por eso el domingo hay que acudir al Heliodoro y transmitir al equipo toda nuestra fuerza y toda nuestra energía más positiva. Estoy convencido de que así volveremos a ser un poco más felices en estos tiempos de sombra y pesimismo.