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“Contribuimos a restaurar la confianza con la transparencia”

ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife

Rafael Díaz Martínez es una persona con profunda y larga experiencia en la gestión pública local y autonómica, tanto en su condición de funcionario de carrera como por el hecho de haber asumido responsabilidades políticas de gran calado (fue consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, entre otros puestos en lo más alto).

Desde hace poco tiempo, Díaz ha incorporado a su currículo vinculado a lo público el cargo de presidente de la Audiencia de Cuentas de Canarias (ACC), que es el órgano de control externo de la Comunidad Autónoma. A la ACC llega tras la salida de Rafael Medina Jáber, el anterior presidente que también fue propuesto como consejero por CC, y en ella pretende seguir con el proceso de modernización de la institución iniciado en la etapa precedente.

Rafael Díaz se muestra sencillo y algo lejano, en el inicio de la charla, pero esas actitudes sólo se mantienen en un lapso. En apenas unos minutos, se suelta, ríe y parece que disfruta con la entrevista. El presidente de la ACC tiene muy claro que este órgano “no admite injerencias políticas” y, pese a las dificultades económicas actuales, confía en que la entidad fiscalizadora de lo público pueda seguir avanzando en la implantación de tecnologías de la comunicación y la información (TIC), en la formación de su personal, en el capítulo de las relaciones institucionales, en la comunicación externa de su tarea principal (sobre todo a través de los mass media) y en lo que considera mucho más importante: “Que la ACC sirva para modernizar y hacer más eficiente la Administración pública, para que esta sea más útil al ciudadano y dé mejores servicios”. Tiene un tremendo reto por delante.

-¿Por qué ha aceptado esta función? ¿Cuáles han sido las motivaciones que le han impulsado a ello?

“Para mí es un orgullo estar en esta institución. Yo antes había trabajado, durante casi 23 años, en el área económica del sector público, en el Cabildo Insular de Tenerife, donde llegué a ocupar la dirección insular en ese ámbito. Además, estuve en la Consejería de Hacienda del Gobierno de Canarias de secretario general técnico. Es decir, que la actual es una actividad que conozco, en líneas generales. Aparte de esto, es cierto que, siempre que aceptas un cargo [ha sido elegido por el Parlamento de Canarias como consejero auditor de la ACC y en el pleno de esta institución, por sus integrantes, como presidente del órgano de control externo de las Islas] y si encima te eligen presidente, hay una gran responsabilidad a la hora de llevar a cabo las nuevas tareas. Esto te produce una cierta preocupación, y también una satisfacción y ganas de hacerlo bien”.

-Usted tiene experiencia, por los cargos relevantes que ya ha ocupado, en la fiscalización interna de la Administración pública, pero ahora toca estar en el otro lado, el de la fiscalización externa. ¿Cómo cambian las cosas?

“Hombre… Este es un órgano parlamentario y, desde el punto de vista de la fiscalización externa, tenemos que dar cuenta, que dar la información, a la Cámara regional, y no sólo de una institución pública, sino de todas las del Archipiélago: los cabildos, la Comunidad Autónoma, los ayuntamientos, empresas y entidades públicas, universidades… Con todo esto se da una visión y se tiene un conocimiento de cómo se encuentran los aspectos económico y legal en la Comunidad Autónoma, en su conjunto; es decir, en todas sus instituciones públicas. Esto es lo que tenemos que transmitir al Parlamento”.

[apunte]“Solo nos guían criterios técnicos”

-Un capítulo clave en la ACC siempre ha sido la gestión de la comunicación, sobre todo para evitar las filtraciones de algunos contenidos de los informes, siempre hechas con intereses políticos. ¿Seguirá por la misma senda de control activada por Medina Jáber?

“En efecto, este es un asunto clave. Debemos ser conocidos, que nuestra actividad sea conocida, pero no debemos entrar en el ámbito de la discusión política, de la lucha partidaria o política. Debemos ser un órgano de reflexión, de estudio, que sea respetado, y dar nuestras opiniones y que sean conocidas. estas cuestiones sí que se ha ganado en los últimos tiempos”.

-¿Cómo concibe, en términos generales, la institución ACC? ¿Cuáles deben ser sus pilares y cuál su principal apuesta?

“Creo que la ACC debe contribuir a que las administraciones públicas presten el mejor servicio al ciudadano. Nuestra labor no es fiscalizar por fiscalizar… Debemos tratar, a través del asesoramiento, a través de una mayor relación con las instituciones fiscalizadas, que éstas presten los servicios públicos de la mejor manera posible. Para ello, aparte de la fiscalización tradicional, debemos dar pasos en el ámbito de la fiscalización operativa, hacia los nuevos ámbitos de actuación que ya cité. Y para conseguir la máxima eficacia desde la ACC, nosotros debemos mejorar la formación del personal, los medios informáticos, que ya se ha hecho mucho. También debemos mimarlos y ponerlos operativos, todos. Estos son los principales pilares en los que se debe actuar para alcanzar una mejor prestación de servicios por parte de la ACC”.

-¿Verdad que el funcionamiento de la ACC no admite ninguna injerencia política?

“Nosotros nos consideramos un órgano independiente en su funcionamiento, una entidad que realiza su trabajo y llega a sus conclusiones sólo guiada por criterios técnicos”.[/apunte]

-A un ciudadano medio residente en las Islas, ¿cómo le explicaría la importancia del trabajo de la ACC?

“La importancia de la ACC, en especial en estos momentos de crisis, se ha puesto de relieve ante la necesidad de la transparencia y la estabilidad presupuestaria, que son fundamentales. La crisis es en parte de confianza, y la ACC puede contribuir a restaurar la confianza a través de la transparencia, a través del conocimiento y de aclarar todas las situaciones que afectan a lo económico y a lo público en nuestra Comunidad Autónoma”.

-¿La honda crisis del país y de Canarias de qué manera ha influido en la dotación presupuestaria de la ACC y en la disponibilidad de personal técnico para poder hacer con garantías los trabajos de auditoría externa?

“Efectivamente, estamos afectados por los recortes, como todas las instituciones públicas, y en este aspecto se han producido limitaciones presupuestarias. Nos hallamos en la misma línea que el resto de la Administración pública. También estamos sometidos a las limitaciones en la contratación de medios personales. Pese a ello, la ACC tiene hoy una dotación adecuada a sus funciones. Lo que ocurre es que también se podrían haber abierto otras líneas de actuación, por ejemplo, y según lo recogido en la última declaración de los presidentes de órganos de control externo de España, las auditorías de carácter informático o la propia profundización en el urbanismo… En estos casos se necesitan más medios. Hoy la ACC está suficientemente dotada para realizar todo aquello a lo que obliga la ley”.

La fiscalización externa no es un fin en sí misma, sino que es un fin de cara a la mejora en la prestación de servicios”

-O sea, que el trabajo básico de la ACC no se verá afectado por las debilidades presupuestarias y por no poder contratar más personal.

“Lógicamente, si aspiramos a tener un mayor ámbito de actuación con las auditorías de tipo operativo o de gestión, acciones que ya se iniciaron en la etapa anterior, el avance en esta área estará condicionado. Hay que optimizar las actuaciones con el objeto de evitar las duplicidades que puedan existir respecto a otras actuaciones hechas por instancias de la Administración pública. También se puede agilizar el trabajo dentro de la propia casa, y a eso aspiramos. Tiene que haber un mejor aprovechamiento de los recursos actuales. No todo va dirigido a obtener más recursos económicos y a contratar más personal, sino que también hay que hacer un mejor aprovechamiento de la disponibilidad presupuestaria actual, donde hay, sin duda, un campo de actuación”.

-¿Usted cree que lo que hace la ACC contribuye a que las instituciones públicas actúen con más seguridad y hagan mejor las cosas? ¿Percibe que hay una especie de presión?

“Creo que sí, y se trata de una presencia necesaria. Además, la considero conveniente en lo que se refiere a la labor de asesoramiento, no sólo de fiscalización. Aspiramos, y esta idea también se recoge en la ya mencionada declaración de los presidentes de los órganos de control externo españoles, y también dentro de las líneas de la auditoría moderna, a no sólo realizar una labor de fiscalización de la legalidad, sino que debemos colaborar con las propias instituciones con el propósito de mejorar la prestación de los servicios públicos; en definitiva, la fiscalización no es un fin en sí misma, al menos desde mi punto de vista: es un fin de cara a la mejora de la prestación de los servicios”.

-Entonces los organismos que son fiscalizados deben ver a la ACC como una entidad que no está para linchar, sino que para asesorar. ¿Es así?

“Esta es una visión que aspiramos a potenciar; es decir, queremos establecer líneas de colaboración con las demás entidades públicas para que no se nos vea sólo como un órgano castigador”.

Estamos afectados por los recortes, como todas las instituciones públicas. Pese a ello, la ACC tiene una dotación adecuada a sus funciones”

-Algunos sondeos o encuestas que se han realizado dejan entrever que los ciudadanos no conocen las funciones de los órganos de fiscalización externa. También pasa con la ACC. A esto se une la crítica de muchas instituciones fiscalizadas sobre el tiempo transcurrido entre la acción de fiscalizar y el momento de la difusión del contenido de los informes. ¿Qué opina de esto?

“Bueno, esto no es sólo algo achacable a la actuación de la ACC, que sí debe mejorar y agilizar, sino que a veces la información no le llega a su debido tiempo. Debemos colaborar todos para que haya una rendición más puntual, más rápida, y en definitiva, que sea más útil, que ésta es la razón de ser de la ACC. Respecto al conocimiento que se tiene de la ACC, claro que debemos ser más conocidos, pero lo que sí que no debemos hacer es participar en la vida política. Éste es un órgano para el conocimiento, la reflexión, para sacar conclusiones…, y para plantearlas. No debe entrar en la lucha política. La ACC es un ente independiente”.

-En la ACC ha habido una línea de actuación empeñada en incorporar a la fiscalización la llamada auditoría operativa o de gestión. ¿Cómo va este camino?

“Sí, es un camino en el que vamos a seguir, y que está recogido en la propia Ley de Hacienda canaria del año 2006. Nuestro deseo es seguir en esa línea. No es un camino fácil, pero hay que ir dando pasos para no quedarnos donde ahora estamos”.

-¿Y qué hay de la modernización en el ámbito TIC y de la potenciación de relaciones institucionales…?

“La Declaración de Canarias de 2007 ya previó estos asuntos, y esta se firmó tras un encuentro técnico del que resultó un manifiesto avalado por los países representados en esa cita internacional [celebrada en Maspalomas]. Pensamos, aunque este año no ha sido posible estar en la Universidad de Verano de Maspalomas, que hay que convertir a Canarias en un claro referente en el ámbito de la auditoría externa. Sabemos que es muy importante el asunto de la formación técnica, y que todas estas cuestiones se traten en un foro convocado en las Islas. Esta es una línea que se planteó en la etapa anterior. Pensamos continuar con ella. Todo esto se halla en el Proyecto Avance, donde además se apuesta con claridad por la informatización”.

-¿Y la relación entre este órgano fiscalizador externo y el interno de la Comunidad Autónoma?

“Sí… Hace unos días tuve una reunión extensa con la interventora general actual y mostró su total colaboración con la ACC. Nosotros también estamos dispuestos a darla. Se establecieron líneas de actuación para empezar desde ya con estas cuestiones. Espero que lo acordado fructifique todo lo rápido que sea posible porque se necesitan ciertas plataformas informáticas y la adecuación de éstas, y eso lleva su tiempo. De manera inmediata, se harán cosas. Otras cristalizarán en el plazo de un año o de un año y medio”.

-Usted ha llegado y se ha encontrado con la introducción de la mujer en el pleno de la ACC. ¿Qué bueno, no?

“Es la primera vez que en el pleno hay mujeres [la ACC tiene más de 20 años de existencia]. Me parece bien, claro… Normal. Se da una sensación de modernidad. Sí, sí…”