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“Este equipo, cada vez es mejor”

Andrés Pedreira, en el estadio Olímpico de Kiev en la final. | DIARIO DE AVISOS

Por Andrés Pedreira*

Me ha tocado vivir este año, un año irrepetible. Logramos el ascenso del Uruguay en Navalagamella a la Segunda División del fútbol sala, en un partido épico e histórico y soy un privilegiado porque he podido presenciar las tres últimas finales de España. En Viena disfruté con Alfredo y Juan Carlos Torres El Pesi el primer título de la Eurocopa. Fue un gol de pillo de Torres; le robó la cartera a los alemanes y comenzó a escribirse la historia de esta selección irrepetible.

Dos años después y en una cena en el Mesón Los Ángeles, nos animamos y cuando nadie daba un duro por esta selección, preparamos las maletas para Sudáfrica. Esta vez compartí experiencias inolvidables con Alfredo y Héctor Galán. Poco a poco fuimos pasando por parques nacionales, ciudades cargadas de encanto y llegamos a la final. Las pasamos canutas, pero llegó el gol salvador de Iniesta y la historia era ya grande. Dos títulos consecutivos están al alcance de muy pocas selecciones.

Esta vez me animé a viajar, una hora después que España derrotara a Portugal. Como compañero de viaje me tocó Ramón Hernández Boussau, secretario de la Federación de Fútbol de Tenerife, una persona extraordinaria. Me tocó vivir el tercer título de España de manera consecutiva y antes ninguna selección logró tantos éxitos en tampoco tiempo.

Como presidente de un equipo humilde me he dado cuenta de que la suerte es importante, pero si detrás no hay un buen trabajo y un grupo humano grande, es imposible que lleguen los éxitos. Me embarqué en esta aventura el sábado al mediodía e hice noche en Madrid. Más tarde, viajamos el mismo domingo a Ucrania y tuve la oportunidad de conocer a muchas personas anónimas, gente que le dedica muchas horas al fútbol modesto, los artífices de esta fábrica de excelentes jugadores y de un sello de calidad, que se llama España.
En el Aeropuerto de Barajas, durante el viaje y en la llegada a Kiev, existía confianza en este equipo; tocaba un partido bueno y toda la gente emitió energías positivas a esta selección.

No pasamos apuros. El equipo se asoció. Xavi Hernández fue ese capitán de crucero, que le da seguridad al resto de tripulantes. Cesc acabó con esa duda del falso nueve. Entró hasta la cocina y le sirvió el primer gol a Silva, que es bajito de tamaño pero que tiene un corazón como un burro. De repente me acordé de Josué, jugador del Uruguay, que es del mismo corte que el de Arguineguín.

Nos abrazamos, seguro que derramé alguna lágrima, aunque no se notó mucho. Salté y bastante, aunque por experiencia fue cauto porque hasta el rabo todo suele ser toro.
Nos faltaba el gol de la tranquilidad. Esos que matan al rival, minutos antes que terminara la primera parte. No sé de donde salió ese menudo, ese chiquito, ese chollo que ha fichado el Barcelona y que posiblemente sea uno de los mejores jugadores de la Eurocopa: seguro, que todos adivinaron el nombre, Jordi Alba.

Aprendí con Francis Arocas, entrenador del Uruguay y con mis amigos Fito y Manolo, que un equipo no lo forman los titulares y tampoco son los más importantes. El rol del suplente es clave: Torres le calló la boca a todos. Marcó un tercer gol muy bonito, cruzando el balón al lado izquierdo de Buffón. No había jugado un solo minuto y nada más entrar Antonio Mata marcó el cuarto. Además Pedrito siempre aporta entrega, sacrificio y plus de calidad para que los grupos crezcan.

Cuando Iker Casillas levantó la Copa, nos dimos cuenta todos los que estaban a mí alrededor que esto es increíble, histórico y que un grupo humano ha hecho feliz a todo un país.

Me ha encantado el viaje: es irrepetible. Toda la ciudad se volcó con los aficionados españoles, gente de todas las nacionalidades nos felicitaban y muchos hacían un esfuerzo para hablar en español y decir lo maravillosa que es esta selección.

Soy un privilegiado por vivir tres sensaciones diferentes: posiblemente la retina y el corazón, siempre se queda con lo último y este título es inolvidable. No me olvidé de mi gente y de que mis padres. Mercedes y Paco, junto a mi hermano Antonio, disfrutaron del partido en el Bar José Manuel de la calle Salamanca. Mensajes de aliento de Alfredo y Héctor, compañeros de viaje y de muchas historias desde el mismo recinto y alegría, alegría por parte de Ayoze y Josúe; tampoco me olvidé de Manolo y Fito con los que he compartido muchos días de historia del Uruguay.

Desde el Mesón Los Ángeles, también compartí con Juan Carlos Torres y Loren con su famosa frase: “súbelo”.

Quiero compartir esta alegría con toda la gente del barrio, con todos los jugadores y directivos del Uruguay, con mi familia, que siempre me apoya en todas estas aventuras y con toda la gente de Tenerife. Ahora, los dejó toca disfrutar y nos vemos a la vuelta por el barrio para disfrutar con todos las muchas anécdotas que tengo de este viaje maravilloso.

*Presidente del Tenerife Uruguay de fútbol sala