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Escuchar > Andrés Brito

“¡Tú nunca me escuchas!”. ¿Alguien importante para ti te ha formulado alguna vez esta queja o lo has dicho tú? ¿A qué crees que nos referimos al afirmar tal cosa? Escuchar no es fácil. Casi diríamos que es un arte que requiere poner nuestros cinco sentidos en la persona que pretende comunicarse con nosotros puesto que el cuerpo también “escucha” y lo manifiesta con su propio lenguaje (sentimos que se nos prestan más atención, por ejemplo, cuando se nos mira a los ojos o se nos asiente con la cabeza).

Hoy te ofrezco algunos elementos clave para una correcta escucha:

-Animar a hablar: Contacto visual, silencio para mostrar interés y respeto, lenguaje corporal de acogida, gestos de asentimiento y palabras de refuerzo como “entiendo”, “ya veo”, “ajá”…

-Preguntas abiertas: “¿Cómo te sentiste?”, “¿qué pasó después?”, “¿me puedes ampliar eso?”.

-Explorar el mapa mental de la otra persona: “¿Qué te preocupa?”, “¿qué pensaste cuando te ocurrió?”.

-Resumir: Construir una historia con lo que nos han contado capturando lo que es más importante para el otro e incluyendo hechos, percepciones, sensaciones y preocupaciones. Después comprobar su exactitud preguntando: “lo que quieres decir es”…

-Escuchar y responder a las emociones: Observar las pistas no verbales, mencionar la emoción, permitir que el emisor se desahogue, tantear (“me da la impresión de que estás molesto por…”).

Quien recibe la comunicación busca comprender qué siente quien la emite poniendo en sus propias palabras lo que escucha y verbalizándolo para que la persona que emite lo verifique. No envía ningún mensaje propio, no comenta, no opina, no da consejos o sermones sino que refleja solamente el significado del emisor. Se escucha sin interrumpir y sin formarse opinión alguna. Se capta el sentimiento del interlocutor y se comprende por qué se siente así aunque no se esté de acuerdo. Se repite lo que se ha escuchado para obtener confirmación de que ése ha sido el mensaje. Tomar conciencia de que lo que se nos pide es, sencillamente, escuchar. Si lo que se solicita es un consejo primero tendremos que hacernos una idea muy clara de lo que le ocurre a la otra persona antes de brindarle nuestro parecer, y eso sin escucha activa es prácticamente imposible.

Oír es el fenómeno biológico que nos permite diferenciar los sonidos. Escuchar es dar valor a lo que el otro dice generando sentido a lo que expresa.

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