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Volcados con los mayores

El centro cumple con todas las garantías necesarias para una estancia confortable. / MOISÉS PÉREZ

ENRIQUE TOSTE | Los Silos

Su aspecto exterior no es muy llamativo. Un casa antigua de color blanco tenue con varios balcones canarios situados en pleno casco histórico de la Villa. Sin embargo, su interior ofrece una alegría constante a cada una de las personas que entran en el lugar. Así, los 32 usuarios que viven en La Residencia Nuestra Señora de la Luz, sita en Los Silos, disfrutan diariamente de los atrayentes colores y del encomiable trato de unos trabajadores que hacen que cada mañana una sonrisa se dibuje en el rostro de los cuidados moradores.

Desde su fundación, hace 13 años, la directora del centro, Nereida Durán, y la psicóloga llevan realizando un proyecto ambicioso de apoyo no solo a las personas mayores de Los Silos, sino también a usuarios de municipios colindantes. La idea inicial de los 25 empleados del centro es inundar de júbilo y hacer más fácil la vida cotidiana de unos residentes que necesitan unos cuidados y una atención constante.

Cuando entra un nuevo paciente, cada área debe hacer una valoración exhaustiva. “Por un lado, se realiza un análisis de las actividades funcionales, mientras que la psicóloga hace una valoración cognitiva y psicológica. Por último, yo como enfermera soy la encargada de realizar un examen físico del usuario”, explica la directora y también enfermera del recinto, Nereida Durán.

Posteriormente, se ofrecen unos resultados que permiten saber en qué etapa de deterioro se encuentran. A partir de ahí, cada área establece unos planes concretos de cuidados. Muchas de estas personas presentan una demencia o algún tipo de patología cardiovascular o alzheimer que obligan a seguir unas pautas concretas en el trato diario. “En un primer momento esta demencia es cognitiva, pero a la larga afecta en lo físico, llevando a muchas personas a estar encamadas”, explica.

Actividades del geriátrico

La psicóloga del centro dirige un proyecto que está encaminado a potenciar la estimulación cognitiva del usuario, al igual que la interacción entre ellos con actividades conjuntas de dibujo y manualidades.
Uno de los talleres que más gusta a los usuarios es el de laborterapia, que se denomina en este caso coser y charlar, por lo que muchos de los productos que realizan los venden en varios ventorrillos con motivo de las fiestas patronales del municipio.

Por otro lado, también aprovechan el buen tiempo para realizar cada semana excursiones a diferentes playas de la comarca. No todos se pueden dar un baño, pero muchos disfrutan del sol y de la estampa veraniega. Son nuestros mayores, aquellos que nos criaron y se dejaron la piel por nosotros. En esta residencia se garantiza ese trato humano que tanto necesitan.