TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

De la nada al todo. Así describen varios abogados consultados por este periódico el aumento de la seguridad en el acceso a sus clientes encerrados en la cárcel Tenerife II, un refuerzo que entienden desproporcionado y que ha llegado al límite de  que a un letrado le impidieron pasar su bolígrafo al considerarse como “arma potencialmente peligrosa”, según le explicaron los funcionarios. Según dichos letrados estos controles, previos a una entrevista en la que no hay contacto directo con los presos al encontrarse separados por una mampara, resultan “exagerados” e incluyen quitarse los zapatos y una revisión exhaustiva de las pertenencias, que luego quedan en una taquilla hasta su vuelta.

En algún caso, este refuerzo de la seguridad ha llegado a interceder en algún proceso, ya que el abogado en cuestión se negó a pasar el control y, al no poder entrevistarse con su cliente, el juez que instruye el caso le dio un nuevo plazo para la presentación de un escrito.

Dirección

Las quejas ya han llegado al Colegio de Abogados tinerfeño, cuya Junta tiene previsto estudiar el asunto para interceder ante la dirección actual del centro penitenciario, a la que se señala como responsable de estos controles, inexistentes hasta entonces.

En principio, la solución previsible es que ambas instituciones trabajen en un protocolo factible para ambas partes