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La industria tabaquera se apaga

MARÍA FRESNO | Santa Cruz de Tenerife

Corren malos tiempos para el tabaco, y buenos para el fumador, al que se le está obligando poco a poco a abandonar esta dependencia. Históricamente, la industria tabaquera ha tenido un amplio poder de influencia, especialmente en Estados Unidos (EE.UU.).

Las estrategias empleadas para hacer frente a las medidas de control y regulación de los gobiernos comprendían multimillonarias campañas publicitarias y hasta la compra de científicos y expertos para contrarrestar las opiniones de los que hablan de los efectos nocivos del tabaco.

Sin embargo, en los últimos años, esta industria ha ido perdiendo fuerza y hasta apoyos. No en vano, el sector del tabaco está entre los más regulados de Europa. Prueba de ello es la reciente revisión de la directiva europea 2001/37/CE del Parlamento Europeo que, de aprobarse en los términos planteados, provocaría serios problemas en la competitividad de este sector en las Islas. Esta normativa no afecta al cigarrillo puro, que por el momento, se rige por un sistema diferente.

La actividad industrial vinculada con el tabaco tiene un peso cercano al 14% del PIB industrial de Canarias, y genera una producción valorada en 250 millones de euros, y un importe de compras a otros sectores, como el de etiquetas o empaquetado, de 162,25 millones. A todo esto hay que unir los cerca de 3.000 puestos de trabajo que produce.

De salir adelante la revisión de esta directiva europea, toda la actividad en las Islas corre el riesgo de “desaparecer”. Así se lo trasladaron la pasada semana las asociaciones, los sindicatos y los empresarios del sector al Gobierno de Canarias con el objeto de que traslade dicha queja al Ejecutivo central y, de alguna manera, lograr alguna especifidad concreta para las Islas dentro de esta nueva normativa comunitaria.

El secretario general de la Asociación de Industriales de Canarias (Asinca), Victor Portugués, explicó que, de prosperar la reforma europea, no tendrá mucho sentido tener industrias de este tipo en las Islas. “Se está demonizando a un sector que genera actividad y que crea empleo”.

Asimismo, Portugués duda de que dichas medidas contribuyan a disminuir el consumo de tabaco, tal y como se pretende, y señaló que, incluso, puede llegar a producir el “efecto contrario”, con el aumento del consumo especialmente entre la gente más joven.

TABACO-CIGARRO
10.000 son las máquinas expendedoras de venta de tabaco que hay en las Islas y que, ahora, con esta normativa, desaparecerán.

Las medidas

En la mencionada directiva europea se proponen cuatro medidas fundamentales que “lesionan” el status de producción, distribución y venta en Canarias y, en consecuencia, el empleo en el conjunto de esta tradicional actividad industrial en Canarias.

La primera de ellas es la restricción de ingredientes, basada en conceptos subjetivos, como el de “la mayor atracción”. Según los empresarios, no se ha demostrado científicamente que la supresión de determinados ingredientes incida sobre el consumo de tabaco. Por todo ello, “creemos que cualquier regulación sobre el uso de ingredientes debe estar basada en evidencia científicas”.

En la actualidad existen dos grandes tipos de cigarrillos, los Traditional Blend, elaborados a partir de una mezcla de tabacos; y los Virginia, que emplean únicamente tabaco de variedad Virginian en su elaboración. En caso de prohibirse el uso de ingredientes, se prohibirían, los productos Traditional Blend, que son los más consumidos del mundo y que suponen el 98% del mercado español. Para Canarias, supondría la desaparición del 80% de su mercado y, en consecuencia, de su producción.

La segunda medida va encaminada a la introducción de advertencias sanitarias de tamaño excesivo que impiden comunicar la marca a los consumidores, conduciendo hacia la estandarización del producto. En este caso, el sector tabaquero denuncia que se produce una “expropiación” de los derechos legítimos de la marca, además de los derechos de propiedad intelectual e industrial.

Para la industria, si se ponen advertencias excesivas junto con la restricción de ingredientes, el precio será el único elemento con el que competir entre los productos del tabaco, con lo que se desencadenaría un impacto negativo en los puestos de trabajo, ya que las empresas tendrían que rebajar sus costes y, estimularía el comercio ilícito.

La tercera medida incluida en la reforma europea plantea la restricción en la exposición y promoción del producto en los puntos de venta. Si se aplica la normativa, en Canarias habrá más de 15.000 establecimientos afectados. Además, según explican los empresarios, en las Islas el problema se agrava en relación con la Península, ya que, debido a la libertad de mercado, el tabaco se puede adquirir en cualquier establecimiento que esté dado de alta para tal fin. La adaptación de los puntos de venta para cumplir con esta normativa supondrá “costosas” inversiones y una “discriminación” para las marcas más débiles y con menor cuota de mercado y menos conocidas por el consumidor, “condenándolas a la desaparición”.

La cuarta y última medida es, quizás, la que ha provocado más polémica y más afecta al consumidor. Se trata de la prohibición de venta de tabaco a través de las máquinas expendedoras. En Canarias hay más de 10.000 dispositivos en este mercado.

Para los empresarios, es una medida absolutamente “desproporcionada” e “injustificable” desde el punto de vista de la ganrantía al control de acceso al tabaco, “ya que está demostrado que existen sistemas para asegurar este acceso”. De llevarse a la práctica esta medida, provocaría un auge del comercio ilícito, contrabando y falsificación, ya que las máquinas expendedoras evitan que el consumidor adquiera la cajetilla de tabaco en puntos de venta ilegales.

El conjunto de todas estas medidas se debatirá esta semana en el pleno de la Cámara regional, donde los grupos parlamentarios han presentado una Proposición No de Ley para que el Gobierno de Canarias inste al Ejecutivo nacional a buscar alianzas con otros países de la UE para que las reformas se hagan de manera consensuada, y no afecten a la competitividad del sector . En cualquier caso, lo que sí ha conseguido Europa es unir más que nunca a un sector que, debido a la competencia, nunca ha ido de la mano y que ahora comienza a apagarse.