NICOLÁS DORTA | Adeje

Roberto Konrad acude cada mañana a su despacho para dirigir el centro de alto rendimiento deportivo Tenerife Top Training T3. En una pared figuran las fotografías de deportistas sonrientes que han pasado por esas modernas instalaciones. Entre ellos, la española Mireia Belmonte. Hace meses nadaba en esta piscina antes de ser una de las estrellas de los Juegos de Londres. Konrad también tiene en su despacho la foto del nadador Ian Thorpe, junto a muchos otros equipos de fútbol, rugby y variadas disciplinas. hombres y mujeres que ya conocen Costa Adeje, no sólo por la rutina diaria del entrenamiento, sino por su entorno. Volverán, seguro, con su familia. “Ese es el objetivo”, comenta el director del T3.

En este centro el sol calienta hasta que se hace de noche. Es un espacio rodeado por el silencio del paisaje, los campos de golf y confortables urbanizaciones y hoteles, no muchos, que se han construido buscando el descanso. Al fondo, el pueblo de La Caleta y el mar. “Los que llegan aquí en invierno se quedan impresionados de cómo podemos tener este clima durante todo el año. Eso lo debemos aprovechar para ofrecer lo mejor, yo lo comparo como una estación de esquí”, explica Konrad.

El hijo del que fuera el empresario turístico Kurt Konrad es vicepresidente de la patronal hotelera Ashotel, un puesto que afronta con responsabilidad, para una persona joven que habla cuatro idiomas, amante de los viajes y de la tierra donde reside.

Como miembro de Ashotel, opina que Tenerife es “un valor seguro”, y ve “futuro, pero tenemos que mimarlo continuamente, hacer cosas nuevas, nuevos productos, fomentar los conciertos, los grandes eventos”, explica el empresario, quien considera que ponerse en el lugar del turista es importante, pues “hace falta que los políticos y los propios empresarios hagamos este ejercicio de conciencia, para ver por donde pasean, lo que hace falta y lo que no”. “Ver con esa mentalidad este destino, porque muchas veces no sabemos apreciar lo que tenemos”, asegura.

A su juicio, el mercado del turismo está “en constante cambio”, “un año está de moda un sitio y otro se puede perder, es como un bar de copas, y por eso hay que renovarlo”, explica.

Mejora de las zonas de baño

Para Roberto Konrad es muy importante cuidar las playas. El Sur de Tenerife no es precisamente un paraíso al respecto si se compara con otras islas, y “por eso debemos hacer hincapié en mejores servicios, que el turista se encuentre cómodo en la playa. “Que arreglen las hamacas y las sombrillas, den posibilidad en instalar quioscos en la medida en que se pueda, porque no podemos vivir de espaldas al mar”, argumenta.

Al respecto, el vicepresidente de Ashotel cree que Costas tiene parte de culpa en que las playas no estén como se merecen en determinadas zonas. “Los turistas vienen aquí fundamentalmente por el clima y las playas, y éstas ciertamente pueden ser mejoradas”. “Parece que todo son problemas para hacer cualquier cosa y creo que hay que tener sensibilidad con el turismo, eso hay que cambiarlo, lo que no podemos es hacer playas de machaqueo, porque no son competitivas, no se baña nadie”. “Así no podemos competir con el mar mediterráneo y otros destinos”, subraya.

Formación más flexible

La formación es otro de los temas que se deberían fomentar más, según el vicepresidente de los hoteleros. “Hacer una formación más flexible y ágil es clave para dar calidad en el servicio”, dijo. “Que se pueda estudiar y hacer prácticas. Opino que en el Sur se podría abrir un hotel escuela o similar como el que está en Santa Cruz, llegar a algún tipo de convenio con alguna empresa para establecer esta formación. Que haya un sistema más flexible como tienen otros los países del norte de Europa, y lo tienen muy desarrollado. Para eso los idiomas son fundamentales”, sostiene.

Por otro lado, para el vicepresidente de Ashotel, las administraciones públicas y los propios empresarios deben llegar a consensos más rápidos a la hora de trabajar para seguir mejorando el destino.
“Lo que no puede ser el que se pongan tantas trabas para abrir un negocio o cuestiones de permisos relacionadas que muchas veces ni los propios ayuntamientos saben”, concluye el empresario turístico.