EFE | Bola del Mundo (Madrid)

Alberto Contador vuelve a disparar. No pudo ganar hoy en La Bola del Mundo, pero el ciclista madrileño ha recuperado la sonrisa con su virtual triunfo en esta Vuelta a España después de cruzar un camino de espinas, contrariedades y emboscadas en los últimos años.

El último revés, su peor pesadilla, fue cuando el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) le suspendió dos años el pasado mes de febrero. La causa era el positivo por clembuterol durante el Tour de Francia de 2010.

Según la resolución del TAS, Contador quedaba suspendido con efecto retroactivo al 25 de enero de 2011, a lo que había que restar el periodo de suspensión provisional que ya había cumplido. El mismo día perdió un Tour y un Giro.

Alberto Contador Velasco nació en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Doña Francisca dio a Don Francisco el tercero de sus cuatro hijos, el pequeño Alberto. Era el Día de la Constitución del año 1982, el del Mundial de fútbol en España.

Y precisamente, un balón de fútbol llamó la atención del adolescente Contador, madridista desde siempre. Dejó los estudios y los libros pasaron a adornar las estanterías de su casa de Pinto. Se trataba de un órdago al ciclismo, de una apuesta a doble o nada. Empezó a tomarse más en serio su pasión por la bici y pasó largas temporadas en el País Vasco, donde se curtió como ciclista.

Aquel diamante en bruto fue fichado por Manolo Saiz para la ONCE. Allí se hizo profesional y empezó a destacar hasta que en 2004, durante la Vuelta a Asturias, el destino le ofreció la muerte y un médico le salvó. Una hemorragia cerebral le produjo convulsiones y le estampó contra el asfalto en la entrada a Infiesto, una villa del concejo de Piloña. Aquellas imágenes todavía sobrecogen.

Así pues, esta Vuelta 2012 no supone la primera vez en que Contador resurge cual Ave Fénix. Ya ganó la 65 edición de la París-Niza sólo nueve meses después de vivir momentos de amargura como miembro del equipo Liberty, uno de los principales implicados en la trama de dopaje investigada en la Operación Puerto.

La Operación Puerto le marcó. Su nombre apareció junto al de otros implicados como Jan Ullrich, Ivan Basso y Paco Mancebo, ninguno de los cuales pudo participar en el Tour de ese año. Contador difundió entonces una carta abierta a los aficionados: “Hace dos años me apoyásteis en una experiencia durísima, cuando en la Vuelta a Asturias peligraba mi vida personal y profesional. Por todo ello me siento en la obligación de compartir mi tristeza”.

“Porque he comprobado que no hay nada más satisfactorio que el fruto del esfuerzo y el trabajo, deseo deciros que en estos momentos me siento triste, desilusionado e impotente. Estoy convencido de que mi vida futura, profesional y personal, estará marcada por lo sucedido estos días, pero trataré de quedarme con lo bueno y seguiré trabajando y esforzándome, con más ahínco aún”, decía la carta.

La temporada 2006 se había truncado para “el pistolero”, que el 9 de agosto, cuando militaba en el equipo Astana-Wurth, sufrió otra caída mientras descendía el puerto de las Lagunas de Neila, en la etapa reina de la Vuelta a Burgos.

Contador perdió el conocimiento en un primer momento a consecuencia de la caída y fue trasladado al hospital General Yagüe de Burgos, donde se le practicó un TAC para determinar la causa exacta de la crisis sufrida, de la que ya se había recuperado durante el viaje en ambulancia.

Sin embargo, pocos días después, Contador sufrió un desvanecimiento en su casa y, tras ser trasladado al hospital, se le descubrió un cavernoma en una arteria cerebral. Después de ser intervenido quirúrgicamente, se recuperó. La cicatriz aún se encuentra “impresa” en su cabeza.

Todo esto, acumulado, le hizo gritar de rabia al cruzar el pasado miércoles la meta de Fuente Dé. Cantó ese triunfo como si fuera un gol. Hoy sufrió en el ascenso a la Bola del Mundo pero, al final, “Bola y partido” para el pistolero de Pinto.