Esta semana han encontrado en un contenedor a una perra viva metida en una maleta; si han visto la imagen, estarán escalofriados al recordar a la pit-bull desorientada y deprimida asomando la cabeza por un agujero. El responsable de tamaña atrocidad ha declarado a los medios que, al volver a su casa, se encontró con que su perra estaba sangrando, y la perra que finalmente acabó en la maleta (que no era suya, sino de la tía de su novia) no daba señales de vida.

Ante ello, el lumbreras de referencia pensó que lo mejor era meter al animalito en una maleta y tirarlo al contenedor. Y luego ya si eso volver a casa y echarse una garimbita con la satisfacción de haber resuelto una situación crítica. Y con tiempo para pensar qué historia contarle a la tía de su novia cuando volviera a por su perra. “La perra se fue de viaje, señora, hasta se llevó una maleta”.

Me aterra la gente capaz de maltratar a un animal, porque sabes que es la clase de persona que no tendría el menor reparo en maltratar a un ser humano. Si hubiera sido su propia perra la que aparentemente había muerto, ¿habría actuado igual? ¿La hubiera tirado así a un contenedor? ¿Es Ese el final que merece un animal de compañía, que se supone que te ha dado cariño y fidelidad, y al que también se supone que tú tienes aprecio?

Sé que la pregunta es tópica y por eso pido disculpas pero, ¿quién es el animalito aquí?