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Las corrientes de CC y PSOE lavan sus trapos sucios en El Tanque

CONSEJO DE GOBIERNO, RIVERO Y JOSE MIGUEL PEREZ
Paulino Rivero y José Miguel Pérez conversan antes de una reunión del Consejo de Gobierno. / DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

A río revuelto, ganancia de pescadores. El conflicto suscitado en El Tanque se ha utilizado como excusa para delimitar parcelas de poder y áreas de influencia dentro de Coalición Canaria (CC) y del Partido Socialista (PSOE) entre las corrientes enfrentadas en cada una de estas dos organizaciones que comparten responsabilidades de gobierno en Canarias.

El incumplimiento del acuerdo por parte del PSOE en el pequeño municipio ha puesto los nervios a flor de piel, hasta el punto de colocar el pacto insular -e incluso regional- al borde del precipicio.

El episodio del viernes escenifica el pulso entre Fernando Clavijo y Paulino Rivero, por el lado nacionalista, y entre Francisco Hernández Spínola y Javier Abreu, por los socialistas. Parece ser que hubo una conversación previa a la reunión de la comisión de seguimiento en la que el vicesecretario general de Política Institucional y Economía de la ejecutiva regional del PSOE se comprometió a arreglar el conflicto de El Tanque. “Pero llegó y dijo que eso no tenía solución”, cuentan fuentes de los dos partidos. “Entonces, Clavijo [secretario general de CC en Tenerife] se levantó y dio por roto el pacto. Todo lo que se diga a partir de ahí son especulaciones”.

Después de la tormenta apareció la calma. Ayer, en el aeropuerto de Los Rodeos, Paulino Rivero apaciguó los ánimos. “Ahora estamos en el momento de trabajar, trabajar y trabajar. No es hora de culebrones, sino de hacer el trabajo intenso que nos está pidiendo la gente, y a eso es a lo que estoy dedicado yo”. Así se expresó el doble presidente -del Gobierno canario y de CC- al ser preguntado tras participar en el bautizo de un avión de Binter Canarias con el nombre del grupo musical Los Sabandeños. “Trabajando y dedicándonos a lo que tenemos que hacer no hay riesgo de inestabilidad en las instituciones”, remachó.

Desde la ejecutiva insular aseguraron que la situación es de “tranquilidad absoluta”. Es más, valoraron las palabras del secretario general regional, José Miguel Barragán, que ha hablado de normalidad. “No pasa nada”, recalcaron. “Si se rompe el pacto no será por culpa nuestra”.

El secretario insular del PSOE, Manuel Fumero, estaba ayer en el congreso de las Juventudes Socialistas de Canarias. “No fue para tanto”, declaró en la radio.

Las piezas de este tablero salieron de los congresos tanto regionales como insulares del PSOE y de CC, que evidenciaron la existencia de dos estrategias políticas o, si se quiere, sensibilidades. Clavijo le plantó cara a Rivero, mientras que Abreu le dio guerra a José Miguel Pérez, el máximo dirigente del PSC-PSOE, pero perdió la batalla frente a Hernández Spínola. De aquellos barros son estos lodos.

[apunte]Spínola y Abreu se mandan mensajes en el congreso de las Juventudes Socialistas

El PSOE tinerfeño sigue sangrando por las heridas de los últimos congresos: regional e insular. Ayer fue un día de lluvia de emociones. Sin embrago, el ambiente estaba calentito en el Hotel Nivaria. Allí se inauguró el congreso de las Juventudes Socialistas de Canarias. Al acto acudieron representantes de las ejecutivas local, insular y regional del partido.

En su condición de anfitrión tomó la palabra el recién reelegido secretario general de la agrupación de La Laguna, Javier Abreu, y en nombre de la regional se encontraba Francisco Hernández Spínola. Tal como se barruntaba tras los últimos acontecimientos, la tensión se disparó. Así, el defenestrado candidato a líder insular del PSOE le sacó los colores a su adversario. En pleno proceso presupuestario, Abreu opinó que, en vez de tantos recortes, lo que habría que hacer es cerrar la Radiotelevisión pública y la Policía Autonómica. “El PSOE es un partido de palabra”, enfatizó en alusión a El Tanque. Spínola replicó con una encendida apelación a la “responsabilidad”. Las puyas que se lanzaron el uno y el otro fueron muy comentadas en los pasillos. No en vano, aún no se han extinguido los rescoldos de la hoguera de hielo. Después de que se hiciera invisible en la conspiración para moverle la silla a José Miguel Pérez, el consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad se propuso asumir el control del partido en la Isla. En ese camino, Abreu era un estorbo. Por ello, Spínola puso en marcha la maquinaria y aplanó el terreno para que el alcalde de Vilaflor, Manuel Fumero, ocupara el pedestal. En determinados círculos socialistas achacan la derrota de Abreu a su “atrevido” discurso de renovación.[/apunte]