Por JUANCA ROMERO HASMEN
Aviones, esos aparatos con capacidad para volar y en los que rara vez nos sentimos como en casa. Y es que viajar en avión lleva implícito todo un amplio abanico de rituales en busca de la ausencia de temores y nervios. Subirse a un objeto de hierro volador y desplazarnos fuera de nuestro medio natural, inevitablemente nos acerca al lado oscuro de nuestra fantasía, alimentada de forma radical por las producciones cinematográficas llegadas en su mayoría desde Hollywood. A mí, personalmente, me produce un amplio placer volar en avión, lo encuentro incluso hasta reconfortante. Pero vayamos a lo que nos corresponde en esta entrega semanal de cada domingo, y acerquémonos a la vertiente del misterio, de aquellos expedientes cercanos a lo insólito y alimentados en su mayoría por las leyendas urbanas.
El 29 de diciembre de 1972, el vuelo 401 de la compañía Eastern Airlines partió desde el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York con destino a Miami. El avión iba comandado por el experimentado piloto Bob Loft y auxiliado por el primer oficial Don Repo y Albert Stockstill. En total, 163 pasajeros y 13 tripulantes. El vuelo transcurrió con total normalidad hasta que en el momento de iniciar la maniobra de aterrizaje, comprueba que el tren de aterrizaje da error y no responde a las instrucciones de salida. Mientras buscan dar solución a este inconveniente, desde el aeropuerto se les ordena sobrevolar la zona a una altura de 2000 pies, pero algo ocurre de forma inesperada y el avión se precipita de forma brusca contra la zona pantanosa de Miami. En aquel accidente solamente sobrevivieron 77 personas de las 176 que se encontraban en el interior del avión. Entre los fallecidos, el comandante Bob Loft y Albert Stockstill. El otro oficial, Don Repo fue rescatado con vida pero murió en el hospital al día siguiente.
Pasados los años, no son pocos los testimonios de pasajeros y tripulación de la compañía Eastern que afirmaban haber visto en el interior del avión mientras hacían la ruta Nueva York-Miami, el fantasma de dos hombres que en su mayoría y por las descripciones, identifican con Bob Loft y Don Repo. ¿Es esto posible? La compañía siempre negó este tipo de rumores hasta el mismo día de su desaparición como empresa en enero de 1991, siendo calificada por ellos como meras leyendas urbanas propagadas por la ignorancia popular, intentando con esto acallar los crecientes rumores. Se llegó a prohibir a todos los miembros de las tripulaciones de la compañía, hablar sobre cualquier cosa relacionada con el accidente de Miami y las historias que pululan a su alrededor. Algunos investigadores se hicieron cargo de aquel expediente, tomando declaración a muchos testigos y concluyendo que sin duda alguna, en aquellos vuelos estaba ocurriendo extraños fenómenos parapsicológicos. De este modo, en marzo de 1973, las azafatas de la compañía, Ginny Packard y Denisse Woodfrud, ven de forma independiente durante un vuelo Nueva York-Miami, al fantasma de Don Repo en la cocina del avión. Hay que destacar la claridad y el realismo con el que se manifiestan las apariciones, llegando incluso a confundirse con otros miembros del pasaje. Es lo que ocurrió ese mismo año en el mes de septiembre.
Una azafata al sentarse en su asiento como paso previo a la maniobra de despegue, observa cómo entre el pasaje hay un hombre que está ubicado en un asiento que debería estar vacío, muy cerca de ella, concretamente sentado en primera clase, vestido con uniforme de comandante de la empresa. Al preguntarle, extrañada, quién era y por qué no figura en la lista de pasajeros, no obtuvo respuesta por lo que llamó a una compañera suya quién tampoco halló respuesta por parte de aquel hombre. Las dos mujeres se vieron en el deber de llamar al comandante del avión ante aquella inusual situación. Al llegar el piloto y ver sentado allí a ese hombre, le reconoció como el fallecido Bob Loft, mientras frente a él y las azafatas se desvaneció de forma repentina. ¿Una historia fruto de la inventiva? Parece ser que no. Este fue un testimonio recogido por el investigador de fenómenos extraños, John Fuller, quien ante las evidencias recogidas, logró que la compañía aérea reconociera los hechos y manifestara públicamente lo siguiente: “Los hechos extraños suceden siempre en aviones L-1011 de la empresa Eastern Airlines, incluso en aviones de este tipo que la empresa ha alquilado a otras líneas aéreas… En gran parte de las ocasiones, los aviones en los que se dice haberse manifestado las apariciones espectrales o fantasmales, llevaban piezas recuperadas del vuelo 401, avión siniestrado el 29 de diciembre de 1972… Estos fenómenos se producen siempre en la ruta Nueva york-Miami, y ni siquiera en el sentido inverso del trayecto”.
El protagonista de nuestra siguiente historia nos sitúa en el año 2005. El Boeing 737-300 de la compañía Helios Airways, etiquetado como el vuelo 522, despegó del aeropuerto de Larnaca (Chipre), con 121 personas a bordo a las 09:07 hora local. Hora y media más tarde, mientras volaba en espacio aéreo griego, los pilotos reportan un informe a la torre de control sobre un problema de presurización en el avión. Al no poder establecer contacto con el aeropuerto de Atenas, se ordena desde el mando de las Fuerzas Armadas del país que aviones caza militares intercepten el avión. A los 25 minutos, dos aviones F-16 de la HAF establecen contacto visual con el 737, escoltándolo. Los pilotos de los F-16 informaron que el piloto del avión no estaba en la cabina y que el copiloto estaba aparentemente inconsciente sobre el panel de instrumentación de vuelo, además de poder observar que los dispositivos de oxígeno de la cabina se habían activado. Unos minutos después pudieron ver como dos personas entraron en el interior de la cabina con intención de controlar el avión, pero no pudieron asegurar si se trataba de personal de la tripulación o simplemente parte del pasaje. A las 12.04, casi tres horas después de haber despegado, el avión se estrella cerca de Grammatikos, en el instante en el que se quedó sin combustible. ¿Qué ocurrió exactamente? Según el informe oficial, el accidente se debió a un error del comandante y del ingeniero que revisó el avión antes de iniciar el vuelo.
Al probar la presurización de la cabina, tuvo que cambiar de modo digital a modo manual. El capitán se encontró con una inquietante alarma al poco tiempo de despegar que señalizaba un error de configuración. Se perdió el oxígeno de la cabina y se vieron obligados todos sus ocupantes a utilizar las mascarillas. Durante 12 minutos pudieron respirar oxígeno, hasta que una vez acabado ese tiempo programado, se acabó el aire. Al mismo tiempo que esto ocurría, dos cazas militares interceptan la aeronave hasta el momento en el que una persona sentada en cabina intenta descender el avión para poder alcanzar altitud permisible para respirar oxígeno, y acaba por estrellar la aeronave al quedarse inconsciente en la maniobra. Una vez que el aparato se estrella, se produce un gran incendio que carboniza a la mayoría de las personas que ocupaban el avión. ¿Qué ocurrió realmente en aquel avión?, ¿quién era el extraño personaje que ocupó la cabina momentos antes de que el avión se estrellara? A raíz de aquella tragedia comenzaron a circular las historias que hablaban de aquel vuelo de la compañía Helios Airways como el avión fantasma.
Evidentemente, en este caso se trata de forma clara de la proliferación de leyendas urbanas que apuntan incluso a que uno de los pilotos del F-16 pudo ver como la persona que ocupó la cabina de mando instantes antes del accidente, tenía apariencia espectral, desdibujado en los perfiles, como si no estuviese perfectamente definido y en partes de su cuerpo las transparencias se dejaban ver. Incluso, rozando lo absurdo, hay quien cuenta la historia apuntando a que la mismísima muerte visito el avión y ella misma tomo los mandos de la aeronave para llevarla hasta el desastre. Un ejemplo más de cómo con el paso del tiempo la inventiva popular se adueña de los datos y cifras reales que tristemente acompañan a un accidente aéreo.