líneas de más >

México: el Mediterráneo seco – Por Gerardo Daniel Settecase

El giro diplomático del presidente estadounidense Barack Obama con Cuba, no disimula el desinterés que Estados Unidos tiene por su patio trasero, Latinoamérica, desde el inicio de los procesos de democratización a mediados de los 80. Desinterés visible especialmente en su frontera con México, país convertido desde hace dos décadas en un mar Mediterráneo seco, donde diariamente mueren mexicanos y emigrantes centroamericanos que, en busca del sueño americano, intentan llegar a Estados Unidos huyendo del hambre, el delito organizado y la falta de oportunidades. Pero, como durante los últimos dos años en el Mediterráneo, en todo México, llegados en el tren La Bestia, guaguas o camiones, en lugar de pateras o barcos piratas, cientos de miles de centroamericanos, tras pagar grandes cifras de dinero, son explotados laboral y sexualmente, usados de mulas por narcotraficantes, abandonados en suelo mexicano y el desierto estadounidense, o asesinados junto a policías, militares, políticos y periodistas honestos, a veces con la complicidad de autoridades mexicanas y estadounidenses, plagando el territorio de fosas comunes.

Y si subsaharianos y árabes huyen de las crisis en sus países, sin que Europa reaccione combatiendo a traficantes de personas y cooperando con los países de origen, Washington y los Organismos Regionales le imitan en un continente que Estados Unidos domina geopolíticamente. Cooperación que debieran brindar en particular a un México incapaz de contener el incesante flujo migratorio desde la coladera que es su frontera con Centroamérica mas el muro infranqueable construido en su norte por la Casa Blanca, convirtiendo al país azteca en un Mediterráneo seco, alimentado por delincuentes tolerados por muchos que reciben donaciones de carteles de la droga y coyotes, (traficantes de emigrantes) para campañas electorales de ambos lados de una frontera-sepultura seca que en nada se diferencia de la húmeda del Mediterráneo.

gerardoctkc@gmail.com