líneas de más >

Una amiga para reflexionar – Por Gerardo Daniel Settecase

Atosigado de campaña electoral, y ya reflexionando, caminaba por la avenida de Anaga cuando la reconocí pese a hacer tantos años que desapareció de Argentina. Pequeñita. Menuda como siempre. Le salude y nos sentamos en un banco a conversar. Por largo rato me contó que dejo nuestro país en 1990, al ver el sueño democrático de 1983 frustrado por corruptos y totalitarios de toda clase y color, y desde entonces ha recorrido África, Asia, Oceanía, Latinoamérica y Europa. “Busco donde entiendan mi nombre, me dejen afincar y crecer”, dijo. Mientras ponía en sus manos un helado le dije que su labor no es fácil, pero pareció no oír: “Por Europa también parezco invisible y muda. Basta ver los resultados electorales. Más xenofobia, discriminación, y renuncia de la gente a sus derechos a cambio de promesas que no les cumplirán. Ahora hay elecciones en España, pronto en Latinoamérica, y preveo iguales resultados”. “No me corresponde sugerir candidatos, pero si no reflexionan, optando entre malos conocidos o falsos mesías, gobernaran corruptos o mesiánicos totalitarios que les amordazarán e impedirán crecer”. Tiró los restos del helado al cesto junto al kiosco de prensa y concluyó: “Me voy.

Viajo a Italia a cargar pilas con don Joaquín. Medita, e invita a meditar”. Besó mi mejilla y, cuando comenzó a alejarse, se me acercó el quiosquero quien había escuchado discretamente: “¿Quién es la peque? Creo conocerla y hablaba como un adulto”. Contesté: “Amiga de una amiga, y acaba de darme buen consejo para este domingo. Que la tendremos chunga si no reflexionamos bien antes de votar”. Lanzó una carcajada y exclamó: “¡Chacho, que la tenemos chunga!, pero ¿cómo se llama?; yo la conozco”. Sonriendo le respondí: “Como quiosquero y ciudadano la conoce. Es amiga de la Mafalda de Quino. Y se llama Libertad”.

gerardoctkc@gmail.com.