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Líneas paralelas – Por David Sanz

Parece algo contradictorio, o no, que una de las campañas electorales más reñidas que se recuerdan en la isla de La Palma esté siendo de las menos crispadas. Al menos esa es la impresión después de más de diez días de campaña. Mejor así, por supuesto. No vamos a hacer apología de la confrontación. Parece que los candidatos están haciendo la carrera sin salirse de su propio carril, compitiendo con los rivales como si lo hicieran contra sí mismos. Cada uno está jugando su partida sin entrar en el terreno del otro, como si el adversario no existiera, aunque no, la realidad es que no dejan de mirarse y medirse unos a otros. Los partidos han entendido algo el cansancio ciudadano que existe y no han querido ensarzarse en debates estériles ni fomentar la crispación, sino que se han dedicado, cada uno por su cuenta, a exponer aquello que han hecho, lo que hacen y, sobre todo, lo que tienen previsto realizar en el caso de que resultaran elegidos con mayoría suficiente para gobernar.

Los pocos debates que he oído han sido básicamente monólogos. De esta manera, con campañas en paralelo, es casi imposible que se produzcan roces o colisiones entre los competidores y aunque el espectáculo sea menor, el nivel de riesgo para los participantes también desciende. No está la situación como para exponerse demasiado. Con un símil de la Fórmula 1, el otro gran circo, podríamos decir que nuestros candidatos solo tienen que preocuparse del estado de su vehículo y centrarse en hacer una buena gestión de las ruedas, equilibrar el combustible y abrir el DRS cuando esté permitido, que es precisamente en esta recta final en la que nos encontramos, para quemar hasta la última gota de gasolina. El otro día leí a un sociólogo que en una campaña solo se puede mover el 5% de la intención de voto del electorado. Demasiado esfuerzo, si es así, para un escaso resultado. Esta falta de confrontación en la campaña, quizá también sea motivada porque los candidatos son más conscientes que nunca de que a la semana siguiente de las votaciones se van a tener que sentar delante de su actual contrincante para intentar alcanzar un acuerdo de gobierno. La situación de los pactos se avecina compleja y da la sensación de que más que una cascada, lo que va a ocurrir aquí será una especie de sálvese quien pueda. Veremos pactos exprés y otros que no se van a cerrar hasta unas horas antes de constituirse las instituciones. ¿Quién pensaba que nos íbamos a aburrir cuando termina la liga de fútbol? Tenemos partido para rato.