FÚTBOL

Hijos del Mundial 82

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Hoy llega a la Isla Anthony Lozano, cuarto jugador hondureño que vestirá de blanquiazul en toda la historia de un país que tiene una especial relación con el fútbol insular y español. La mejor Honduras que se recuerda fue la que participó en el Mundial de España 82. Los hondureños fueron la sensación de aquella cita a pesar de no pasar de la primera ronda, entre otras cosas, por lograr empatar a uno con el anfitrión en el estadio de Mestalla. Destacaba por ser un conjunto totalmente físico y ambicioso sobre el terreno de juego. Su impacto fue tal que varios de aquellos jugadores continuaron sus carreras en España tras el Mundial de Naranjito. El Tenerife sería disfrutaría de dos de ellos.

Gilberto

Gilberto Yearwood era un central que se sumaba bien al ataque -anotó ocho goles en 34 encuentros como blanquiazul- gracias a su potente disparo. Había jugado en el Elche y el Valladolid con anterioridad, por lo que su buen hacer fue una gran carta de presentación para otros de sus compatriotas antes de que llegara España 82.

Gilberto formó parte de aquella selección hondureña a la que él sabía aportar la experiencia de haber podido jugar ya en Europa y en una liga importante como la española, lo que lo convertía en un jugador sumamente valioso.

Fue él quien recomendó a Ramón Primitivo Madariaga, jugador que dejó huella en Tenerife y que, curiosamente, la única experiencia como profesional que tuvo en su carrera lejos de América fue en la Isla.

La fugaz experiencia europeo de Madariaga se produjo en el invierno de 1983. Primitivo llegó al Tenerife después de haber salido del CD Motagua, club de su país en el que se había formado. En los 16 encuentros que pudo disputar solo anotó un tanto, pero dejó destellos de su calidad. Había sido el mejor jugador de Honduras en el Mundial en lo que a técnica se refiere. Es más, a muchos les extrañó que no tuviera ofertas más importantes después de haber destacado en el torneo mundialista, pero lo cierto es que Madariaga acabaría siendo importante en el Heliodoro Rodríguez López.

El hondureño llegó al CD Tenerife con la vitola de jugador de carácter, líder en el terreno de juego, algo necesario para un equipo que tenía en la permanencia su único objetivo. En el curso 83/84 José Ramón Fuertes comenzó como entrenador antes de que los malos resultados llevaran a su destitución. Juanjo García ocuparía su lugar, teniendo los refuerzos de Primitivo Madariaga y Voro, cedido por el Valencia al estar haciendo el servicio militar en la Isla.

Un triunfo en el Insular frente a la UD Las Palmas (0-2) sirvió para que el Tenerife lograra mantener la categoría en uno de los derbis más decisivos de la historia. Años más tarde, curiosamente, Madariaga y Gilberto se reencontrarían en el banquillo de la selección hondureña formando su tándem técnico y recordando su paso por la Isla.

Tras ser seleccionador de su país en varias ocasiones, actualmente es el técnico del Club Social y Deportivo Municipal, el conjunto más prestigioso de Guatemala, país del que también ha sido seleccionador absoluto y es técnico de referencia.

Desembarco en España

Pero fue en 1982 cuando se vivió realmente el boom en España por los jugadores hondureños. Como sucediera años más tarde, también por la disputa de un Mundial como Italia 90 con Camerún, la Honduras futbolística se puso de moda hasta el punto de que jugadores como Arzu, Costhly o Figueroa militaron en equipos de Primera División con, generalmente, bastante mal rendimiento.

Arzu, el portero que había resultado clave en el partido frente a España en la cita mundialista, firmó por el Racing de Santander dejando su trabajo de perito mercantil, pero en el Sardinero solo pudo disputar 10 partidos teniendo que salir por la puerta de atrás de la entidad verdiblanca. Eso sí, su afición por el fútbol español, y el FC Barcelona en particular, le sirvió para llamar Carles -por Puyol- a uno de sus hijos.

Costhly recalaría en el extinto CD Málaga. Solo jugaría seis partidos con los boquerones. A pesar de su gran condición física -era muy bueno por alto- nunca dejó buenas sensaciones en el equipo malaguista, que no dudó en finiquitarlo. El único que triunfó fue Figueroa, máximo goleador del Murcia en Primera en una misma temporada -autor de 22 tantos en la 82/83- cuya pegada era tal que sus lanzamientos solían superar los 100 kilómetros por hora.

Curioso fue el caso de Héctor Zelaya, el autor del gol a España. El jugador que aquella noche enmudeció el estadio valenciano al batir a Arconada tuvo que retirarse solo meses más tarde después de aquel Mundial debido a una grave lesión de rodilla.

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La importancia de una Copa del Mundo

· ‘Colados’. La base de la Honduras que fue a España 82 había falseado su edad para poder participar en el Mundial Juvenil de 1977. hasta siete de ellos fueron inscritos con edades falsas.

· Eliminados de manera cruel. En aquella cita mundialista, Honduras, además de empatar con España, lo hizo también con Irlanda del Norte para ser eliminada por Yugoslavia con un agónico tanto.

· De película. Chelato Ucles, seleccionador de Honduras en el Mundial de 82, lograría llevar a las pantallas una película-documental acerca de la hazaña del cuadro hondureño.

· Un tesoro. Las botas y la camiseta con la que Héctor Zelaya batió a Arconada las poseen sus hijas, que nunca han querido cederlas a ningún museo de manera continua.

· 28 años después. Tuvieron que pasar casi tres décadas para que Honduras jugara otro Mundial. Curiosamente, en Sudáfrica 2010, volvió a cruzarse con España, que esta vez se impuso por 3-1.

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