Es de pensar que el 80% de los nacidos en América somos masoquistas, al celebrar con España el 12 de octubre como fiesta de hermandad, mientras algunos líderes españoles tratan a su país de genocida, por las barbaries cometidas por un puñado de asesinos cuatro siglos atrás, en el Nuevo Continente. Ni de ignorantes o iletrados. Solo tristes recursos para justificar proyectos independentistas, o respaldar a quienes, desde “el otro lado del charco”, utilizan igual discurso mientras mendigan fondos de cooperación, ningunean y expolian a sus pueblos originarios.

Los americanos -de Alaska a la Patagonia- no somos masoquistas al celebrar cada 12 de octubre, llegando en algunos países a ser día no laborable como en Argentina o Estados Unidos. Ocurre que estos líderes españoles, como sus inspiradores latinoamericanos, tergiversan la Historia al omitir que Cristóbal Colon no masacró pueblos originarios, y que solo el 30% del Nuevo Continente era dominio colonial español; que buscando ocupar territorio antes que sus vecinos, gobiernos surgidos tras independizarse arrasaron todo pueblo originario. Como Estados Unidos con su Quinto de Caballería; como Brasil, Argentina y Uruguay en la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay; o el general argentino Roca en la Patagonia, para luego encerrarlos en reservas (eufemismo de campos de concentración), despojarlos de tierras y derechos y, en pleno siglo XX, les masacran como en Guatemala y México, o quitan sus tierras por recursos estratégicos. Apena escuchar algunos líderes españoles despreciando su patria, símbolos e historia -con luces y sombras- por un puñado de votos, o dinero de líderes latinoamericanos falsos proindigenistas olvidando que, aún con razón, no todo vale en política. No somos masoquistas los americanos. Solo sabemos que, tras independizarnos, muchos solo hemos expulsado un colonizador extranjero para cambiarlo por colonizadores locales.

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