soliloquio

Poderes, trucos y desconfianzas

Soy de conferencias, con la lluvia florezco y me apetece escuchar, atender a lo que soy capaz de soportar dado que me reconozco como un desinquieto alumno. El pasado equis escuché a Francisco Villar hablar de nuestras administraciones, sus afectos, y su desorden. Me perdí a Paco Aznar, hablar de su Canarias del alma y su presencia en las Américas, https://www.youtube.com/watch?v=lVWXvrhemcQ. Cierto es que no lo escuché en directo por su exceso de diplomatura, no llamó pero ya lo escuche en YouTube, magnífico.

Al catedrático Villar, el científico del derecho administrativo, lo escuché atentamente. Su discurso, un certero repaso sobre lo absurdo de nuestras leyes en materia de territorio, de las que somos competentes. Explicó que hay tres principales problemas para el correcto desarrollo de las inversiones en Canarias: “La maraña administrativa, las difíciles relaciones entre entidades públicas, y a eso hay que sumar la conflictiva ordenación del territorio, que se superpone en ni se sabe cuán número de capas”. Afirmó también que hay un choque de intereses y competencias entre cabildos y municipios, y con el Gobierno de Canarias. Un grave problema de centralización que dificulta los desarrollos y las inversiones. Si a ello se le suma la desconfianza que existe entre las administraciones, el sudoku es casi imposible de resolver, salvo que se acuda a formas jurídicas de dudosa legalidad”. Como éramos pocos se creó Gesplan, una empresa que por último ha sido dirigida por el gesplanificador, un iluminado de su absurdo orden, con procesos cuasi inquisitoriales y mañas que exceptúan a sus amigos. Y, como la amistad en estos mundos de desconfianzas se diluye por sí sola, pues el alumbrado se viene arriba y le da por montar un despacho profesional público-privado para redactar el planeamiento supletorio, ahí es nada, y toda suerte de trabajos en competencia con sus ineptos compañeros. De momento a la calle.

La cosa sigue, entre tutelas y dispensas de legalidad que lo son de oportunidad las primeras, y de exención de observancia las otras, solo se esconden trucos y poderes. Si queremos avanzar tenemos que acabar con los dobles y triples trámites para la misma cosa, superar tanta tutela interadministrativa, y acabar con marcos interpretativos llenos de recomendaciones y opiniones creando una legislación sencilla, clara y visible.

Como dijo Aristóteles: “No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”. Cierto.