En una campaña electoral, cada quien se las apaña para exponer el pectoral y no exponer el hígado o el rostro a los golpes del combate dialéctico. Si hay un sector poblacional que combina sin complejos la fantasía con la verdad a su medida, ese es el de la infancia. En una imaginativa iniciativa altruista de la ONG Save the Children (Votacionesinfantiles.org), varios niños formulan audaces preguntas a los líderes de los principales partidos que concurren al 20D.
Gracias a que han tenido que rebajar su nivel intelectual para entenderse con los candidatos, las criaturas han logrado que estos se expresen en un lenguaje comprensible. Soraya Sáenz de Santamaría (PP) se escapaba en bici; Albert Rivera (Ciudadanos) y un primo suyo cogían ciruelas y tomates de una tienda, que después lanzaban a la pared; Andrés Herzog (UPyD) arrojó el anillo de su madre al váter; Pablo Iglesias (Podemos) saltaba la valla del colegio para jugar al fútbol; Pedro Sánchez (PSOE) era un experto en romper cosas, y Alberto Garzón (IU-UP) pirateaba ordenadores en clase. Aunque Mariano Rajoy no aparece como entrevistado, se sospecha que Bertín Osborne ya lo enseñaba de pequeño a soltar tacos. No parece que hayan aprendido a cocinar, salvo los índices de audiencia y las encuestas. De mayores, Rivera y Sánchez visitaron estos días Canarias para hacer propaganda. También viajó Cayo Lara (IU). Rajoy topará el jueves 10 con Iglesias. ¡Que Dios los coja confesados!
En un arranque de sincero narcisismo, Albert se mira el ombligo con un telescopio del Roque de los Muchachos. El humilde recolector de naranjas se define en la web Albertrivera.es como una persona “tenaz” y elogia al “viejo sabio” José Mujica. A este “referente moral” no le pide el DNI. En el Auditorio de Tenerife, reivindicó la igualdad frente al victimismo y espantó a los caciques.
En Gran Canaria, Sánchez prometió devolver a la región “más de lo que le han quitado Rajoy y Soria”; además de “constitucionalizar” el Régimen Económico y Fiscal” en el marco de una ilusoria REFpública federal. A Iglesias lo acompañará la juez Victoria Rosell, número uno de Podemos por la provincia oriental, a la que el ministro de Industria la mandó a la puñeta por haberlo acusado de connivencia con la Fiscalía para desprestigiarla en lo que sería la venganza del salmón. Es lo que hay.