El dardo

Medidas inevitables

No sé si el Acuerdo de París, alcanzado el fin de semana en la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP21), va a poder salvar la vida en la tierra tal y como la conocemos hoy o dentro de ciento y pocos años no habrá entre nosotros ni rastro de seres vivos. Para evitarlo, casi 200 países van a implementar varias acciones tendentes a controlar el calentamiento global mediante un combate decidido contra los gases de efecto invernadero. Las medidas que se proponen son interesantes pero no vinculan jurídicamente, ni fijan ni por tanto reparten cargas y ayudas en relación a las capacidades económicas de cada uno. El Acuerdo contempla que en los próximos años el mundo adopte medidas urgentes de modo que la temperatura media del planeta no crezca más de dos grados y se mantenga por debajo de los niveles preindustriales de 1880.

Ha desaparecido del texto el concepto de descarbonización aunque se abre la puerta a fulminar, a finales de siglo, el carbón y el petróleo por tratarse de los combustibles fósiles que más contribuyen al calentamiento global. En este contexto, a tenor de los principios y recomendaciones del Acuerdo, Canarias debe contribuir al objetivo de combatir el calentamiento global mediante la adopción de normas extraordinarias que habrán de afectar a particulares, comercios, industrias, carreteras, vehículos, gestión de suelos, forestación, captura y almacenamiento de carbono, energías renovables, emisiones, transporte, protección de ecosistemas y de recursos terrestres y marinos, etc., etc. No valen las medias tintas ni las políticas populistas; el Archipiélago tiene que reducir drásticamente el dióxido de carbono ya que contamina diez veces más de lo que debe en relación a su densidad poblacional y al territorio de que dispone. Hoy por hoy no cumple el Protocolo de Tokio, que sigue vigente hasta 2020, ni tampoco está preparado para salvar el futuro del turismo y evitar los riesgos del cambio climático; un cambio que, según los científicos, será desastroso en las Islas y en el vecino continente, en donde las hambrunas, las sequías, la subida del nivel del mar, las migraciones y el aumento de temperaturas condicionarán el desarrollo, el medio ambiente y la vida misma. Sin duda, todo un desafío para Canarias y los canarios.