soliloquio

Ya pasó

Yo primero es felicitarle la navidad y desearle un próspero año nuevo, igual a la pibada le parece clásico pero con todo respeto me da igual, lo cierto es que a mí la navidad me trae muchos recuerdos; tristes, alegres y de todos los colores. No sé que tienen estos locos y desconocidos cerebros que son capaces de separar el trigo de la grana y quedarse con el primero, un mecanismo que permite olvidar todo aquello que nos entristece para que podamos sobrevivir y envejecer con algo de dignidad, salvo excepciones.

Pues sí, ya pasó. Cuando escribo no tengo ni idea de los resultados electorales del 20D, he de reconocer que ha sido una campaña entre agotadora y novedosa por muchos motivos; entre los que quiero resaltar uno que me parece de especial valor, y es que estamos jugando al tenis con raquetas de madera Dunlop maxpli mid como la que jugó John McEnroe en 1983, cuando hoy se juega con raquetas de grafito como la Babolat pure aero play que viene con un sensor en el mango que registra varios aspectos del juego. Puedes incluso consultar la información de tu juego desde tu teléfono inteligente, tableta o ordenador. Raqueta que pierde manejabilidad para conseguir estabilidad, dinamismo y comodidad. También da mucha potencia a aquellos que realizan movimientos rápidos y cambian de programa a según y como.

O adaptamos nuestra democracia y a España a los tiempos que corren o se transformará como la Hidra de Lerna que podía regenerar dos o más cabezas por cada una que perdía. Pues sí, o cambiamos de raqueta o esto se nos escapa de las manos por la incapacidad política de nuestros políticos; un sistema electoral caduco; por desproporcionado -un escaño en Soria necesita la quinta parte de votos que en Madrid-, un diputado segoviano cuesta 25.000 votos, en Madrid 100.000, y así unas cuantas que provienen de 1978.

Ya pasó, y vuelta a empezar. Ahora llegan las navidades, las del portal de Belén. En Madrid a Carmena -aunque lo tenga a escala en su casa junto a la tele- le quita el sueño ponerlo en la Casa Consistorial, cuando a la mayoría nos divierten, a otros acompaña las fiestas y otros lo veneran por las cosas de la fe. Cierto es que la tradición no está reñida con la evolución, es más, algunos de estos fatuos gestos y en ocasiones no tan fatuos solo pretenden mimar la estupidez, también a descerebrados, que los hay muchos.

No se olvide que: “El niño perdido llora, pero sigue cazando mariposas”. Un haiku que me recordó el otro día un amigo que no lo estaba pasando del todo bien, de Ryusui Yoshida.
Aposté 105 a 95… Suerte.