maldito parné

Cero patatero a la educación

El sistema educativo español es un auténtico desastre. No lo digo yo, lo dicen los múltiples controles de calidad que se hacen a nivel europeo y en donde España siempre está a la cola en todos los parámetros educativos. No es de extrañar teniendo en cuenta que con cada Gobierno se cambia la ley de educación. Finlandia debe ser nuestro espejo. Año tras año su sistema educativo, de 1979, queda en el primer puesto demostrando que cambiar la ley en función de quien gobierna no es el camino. No es normal, se mire por donde se mire, que en una familia haya niños que estudien con leyes diferentes. Y esto se da en España. Soy consciente del esfuerzo que realiza el profesorado día a día y sobre todo lo díficil que debe ser enfrentarse a los padres que, en muchos casos, han perdido el respeto al profesor. Todos hemos vivido aquella situación en la que decimos a nuestros padres que el profesor nos ha castigado y ellos respondía:¡Algo habrás hecho! La pérdida de respeto, por parte de los padres, al profesorado ha sido enorme y esto es evidente que hay que cambiarlo. Pero, aceptando esto y las dificultades con las que se encuentran a diario los maestros en las aulas, también hay que hacer autocrítica. Yo estoy de acuerdo con la propuesta electoral que hizo Ciudadanos en su programa y que está en línea con el sistema educativo norteamericano: que los profesores cobren en función de su productividad y la productividad se mide en función del número de aprobados. En Estados Unidos un profesor cobra en función del número de aprobados. Sé que esta afirmación es políticamente incorrecta, pero mirándola con perspectiva es la única posible. Si en una clase suspende la mitad de los alumnos es más probable que sea porque el profesor falla que porque la mitad de la clase sea cafre. El mercado laboral demanda empleados formados, pero al mismo tiempo creativos y resolutivos y, por desgracia, nuestro sistema educativo enseña mucha teoría, pero muy poca práctica. Muchos de los alumnos que ahora están en bachillerato son incapaces de resolver asuntos de la vida cotidiana, lo que lleva a frustraciones cuando se vean en el día a día. No sé cómo debe hacerse el cambio, pero desde luego si la generación que viene detrás de la nuestra que, por cierto, es la que pagará nuestras pensiones, es la de Mujeres Hombres y Viceversa y aquella para la que un libro es un objeto desconocido, no auguro mucha esperanza. Podemos quiere acabar con la opción de elegir una enseñanza concertada. Otra medida que, a buen seguro, provocará un nuevo cero patatero en nuestro sistema educativo.

@MariaFresno72