reflexión

El colapso de la confianza – Por Juan Pedro Rivero

El pasado 9 de enero, en una entrevista en un medio de prensa de tirada nacional, el profesor Zygmunt Bauman describía a la sociedad actual afirmando la existencia de una crisis de la democracia, cimentada sobre la creencia de que los líderes políticos son corruptos, estúpidos e incapaces. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas. En las bases de esta situación global está el colapso de la confianza.

Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que la palabra era suficiente para cerrar un pacto o ratificar un contrato. Actualmente la palabra no tiene fuerza si no va acompañada de un acta notarial o un documento firmado y sellado que sancione su cumplimento bajo cláusulas de garantía. La palabra no vale nada porque la confianza ha desaparecido. No nos fiamos de nada ni de nadie. La confianza ha entrado en crisis hasta el punto de no ser capaz de sostener relación interpersonal alguna. Los consejos que se nos dan terminan respondiendo a ello: no nos podemos fiar ya de nadie.

Y sin embargo nuestro corazón anhela todo lo contrario. No nos resulta habitable la ciudad de la desconfianza. Hace esquiva la felicidad cuando debemos cerrar con tantas llaves las puertas de nuestro hogar. Lo estamos viendo con claridad meridiana en estos momentos en los que la desconfianza condiciona el derecho de asilo, los acuerdos o pactos poselectorales, los datos macroeconómicos, o la real situación de la sociedad. Ya ni a los mismos medios de comunicación se les concede la confianza respecto a la verdad de sus informaciones. Es un ambiente hostil para caminar descalzos.

Aún queda un resquicio de esperanza cuando contemplamos testimonios de amor sincero a la verdad y de rectitud leal al bien ajeno. Aún queda un resquicio de esperanza cuando somos testigos de opciones por el bien común y de renuncia al mero bien particular. Si no somos capaces de contemplar nuestro bien detrás de la mirar del otro, sería un imposible habitar en sociedad. El resultado de la corrupción es este terrible colapso de la confianza.

Imagino que la solución es personal. Es la opción personal por decir y de ser, siempre y la par, digno de su confianza.
@juanpedrorivero