A veces soy humano

Guardianes en las redes

Son ya demasiados años de dedicación al ejercicio profesional para contar lo que sucede a un lado y el otro de la trinchera de la comunicación. La batalla por la información de calidad no se gana nunca, pero hay que salir a librarla todos los días. Sin duda uno de los problemas que nos acucia, a ciudadanos y periodistas, es saber discernir qué es cierto, qué porción de la realidad que nos cuentan ha pasado por una mínima labor de contraste y es relatada con la fidelidad que se le debe a los hechos, no la dependencia de opiniones o sensacionalismo.

Este era el panorama hasta hace bien poco. La actual inundación y avalancha de las redes sociales provoca más ruido para lograr entender la realidad de los acontecimientos. Por supuesto que estas nuevas herramientas han facilitado el contacto entre personas, instituciones y generan nuevos protagonismos, en algunos casos disfrazados de egoinformadores. Sin embargo, quiero recordar que a casi todas las organizaciones empresariales, institucionales e incluso partidos políticos y medios de comunicación este fenómeno les ha cogido con el paso cambiado.

En el caso de las instituciones se da una circunstancia recurrente, casi todas ya disponen de perfiles en redes sociales, pero ese es un edificio que por la premura y la falta de planificación se ha comenzado por el tejado. Ocurre que esos perfiles públicos no se generan en el aire, no se alimentan por sí solos, no contestan a los ciudadanos sus dudas o denuncias con automatismos. Eso exige que algunas personas pertenecientes a esas administraciones, con otras muchas funciones, le dediquen casi sin encomienda ni respaldo legal una buena parte de su tiempo, libre y de trabajo, a mantener en aparente funcionamiento ese escaparate.

Y he aquí la cuestión, hay nueva estirpe de guardianes de las redes, no alimentados por saber cómo funcionan las cosas realmente para mejorarlas, que escruta desde el sofá de casa los perfiles públicos para detectar algún error, algún resbalón que todos podemos cometer en la gestión diaria de nuestros perfiles sociales, sean públicos o privados. Por eso concluyo aconsejando que, antes de criminalizar los mensajes de cualquier red social, y en especial las públicas; primero se interesen en saber cómo funciona; y segundo, si detectan cualquier error esperen a ver si tiene algún tipo de explicación o disculpa antes de comenzar a apilar madera para la hoguera en plaza pública.

@felixdiazhdez