tribuna

Nacionalismo, guerra y plebiscito – Por Isidro Fuentes Melián

Desde muchos círculos, generalmente de “la derecha”, centralistas, españolistas, madrileñistas y hasta madridistas( con cierto aroma a púlpito o sacristía) ciertas tribunas y medios de comunicación(que son creadores de  populismos por lavado de cerebro) se empeñan en definir a los nacionalismos  con términos que no responden a la realidad, y que usan con desparpajo insultante (el insulto siempre crea violencia) con el fin de propagar una imagen distorsionada de los mismos. Se inventan un monigote (un machango) ridículo y deformado para luego darse el gusto de ensañarse con él a base de escarnios, palos e insultos groseros y ofensivos,  con el fin principal de humillarlo y desprestigiarlo. Y eso con el aplauso sonriente y burlón de sus correligionarios casi siempre con un ademán de superioridad intelectual y cultural. Se azuza el odio a los nacionalismos demócratas, que tienen razones antropológicas, humanísticas y hasta de sentido común… Y ya se sabe que el odio ofusca la mente y conduce a la violencia. Se hace esto enarbolando sus banderas de cuantos más metros mejor al tiempo que ningunean las banderas de los otros que según ellos solo buscan la fractura, el separatismo y hasta el “mal”. Caricaturizar las ideas del oponente para desprestigiarlas es síntoma de debilidad intelectual, incompetencia y cierta bajeza moral…

Aquí en Canarias, ese trabajo en cierta medida lo hizo gratuitamente, sin proponérselo claro está, un líder independentista que agitaba sus 7 estrellas en un desierto disparatado donde bien se notó la complacencia de la derecha conservadora antinacionalista, pues él solo se ridiculizaba. Quería el “áfrico” en lugar del euro o del “bitcoin” y devolver los restos de Fernández de Lugo a sus descendientes sin “mojarse” sobre qué hacer con la Catedral de La Laguna…..

Yo creo que Nación debe tener como fin principal la convivencia y como fundamento una determinada organización territorial. La Patria(con mayúscula), tan utilizada para otros fines sigue siendo “el almendro”, el castaño, la flora y la fauna que te rodea, el barranco cercano, la acera, la calle y hasta la casa de enfrente de tu vecino. El alisio, el agua de la lluvia corriendo por las pendientes de las islas,el canto del boyero, del “medianero”, de Agustín, en las noches de “dula” porque… “al hombre que lo desvela una pena extraordinaria como el ave solitaria con el cantar se consuela”. El suave siroco que te acaricia al abrir la ventana por la mañana sintiendo la cercanía de África que ellos te pintaban con aquello de que venían los moros: “¿con qué los mataremos? ¡Con un palo que les demos!” decía la canción infantil que aún pervive en la mente de algunos. Te dibujaban también negros bembudos con un hueso adornando su nariz mientras cocinaban en una perola gigante a un blanco del que nunca se decía qué hacía por aquellos lugares, salvo que era por el bien de la “civilización”…Todavía esas imágenes distorsionadas y manipuladas,que solo crean xenofobia, se siguen utilizando casi a diario.

La Patria es el sitio donde naces y creces, que no es mejor, ni peor aquí que allá, que es solo un trozo de tierra, un trocito de suelo en donde te apoyas y te yergues, y ahí te sientes seguro y das los primeros pasos y luego caminas y juegas. Esos juegos son esencialmente iguales en cualquier rincón del mundo: algo con ruedas, mejor si soporta tu peso, algo con alas, que vuele, (una cometa) mejor si lo puedes guiar y hacer que regrese a tu lado, algo que bote al caer al suelo que si es redondo daría fútbol y si es elíptico rugby. Los del rugby quisieron hacerlo esférico y no se sabe bien por qué no lo lograron. Nosotros aquí sí, solo con papel de empaquetado y badana del rolo seco de la platanera. Y todos competimos por hacerlo lo mejor posible para satisfacción y orgullo personal por esa tendencia a destacar, a ser “el mejor”, un impulso biológico que nos mueve hacia la perfección sin connotaciones negativas.. Empiezas a ampliar horizontes…sin perder nunca tu condición de centrípeta como ocurre en todo lo viviente:es evidente en los animales(se olvida que también nosotros  somos animales) y yo incluiría a  las plantas que mueren si las cambias de hábitat….. Con estas vivencias, digamoslo así, marcamos nuestro territorio por el instinto del animal que somos y que estamos en evolución imparable hacia la armonía, hacia el triunfo del bien sobre el mal.

El Humanismo Científico hablaría de un caminar imparable hacia el Bien, en un universo en evolución basado en el avance de las ciencias, en el conocimiento de los fenómenos naturales, en descubrir los secretos de la biología. Así comienzas una relación instintivamente amistosa con el entorno que se hará universal sin perder de vista tu centro  donde te sientes seguro. Es la querencia, que es instintiva y no está reñida con la universalidad, ni la globalidad. Sabias voces lo afirman: “no hay globalidad que sirva sin localidad que valga”.

Tenemos pretensiones universalistas genuinas, auténticas, sin espurios, ni manipulaciones interesadas. No somos xenófobos, ni excluyentes, ni racistas y solo nos incomoda, como a todo el mundo, aquello que nos molesta. No pretendemos el dominio de nuestra “identidad genética o étnica”:¡¡qué disparate!! Nos diferenciarían nuestras costumbres como a cualquier grupo humano en comunidad. Profundizar mas, es decir, buscar diferencias en los cromosomas, que nos separen o enfrenten, es una forma subterránea de andarse por las ramas…Cromosomasa , adeenes y genética están para cosas mas serias: principalmente para la esperanza.

Viene aquí a cuento recordar lo de las esencias españolas(la marca España) buscadas y no encontradas durante siglos en un ombliguismo exagerado u “obsesiva introspección histórica” que sí tenía o tiene fundamentos raciales…y que a ningún sitio nos han conducido.
Convivimos en Madrid durante dos años (59-60-61) un grupo de canarios con mas de cien chinos y unos sesenta valencianos. Nos diferenciaba algunas costumbres, pero comíamos lo mismo, nos distraíamos con las mismas cosas, compartíamos las mismas bromas, las mismas aficiones y casi los mismos hábitos. Los mejores del equipo de baloncesto eran un chino y un cubano, nos reíamos con los mismos chistes, eso sí, siempre que se entendieran..(dichosa “lengua” que solo es un “medio” y no un “fin”) Sí ocurría algo curioso: el gofio le gustaba mas a los chinos que a los valencianos y tenia sus razones que no voy a explicar aquí.

Nuestra política, muy diferente a esa “pequeña, mezquina y provinciana que hay que combatir con todos los medios” como la definió un conocido preboste de las letras, desde su centro, Madrid, refiriéndose a la nacionalidades periféricas,  será de puertas y brazos abiertos al progreso, al conocimiento, al avance científico, sin distinciones entre blancos, negros o amarillos ni discriminaciones por creencias religiosas. Somos también conscientes de lo mucho que tenemos que aprender y creemos que como mejor se aprende es teniendo al lado al que más sabe. Y el que más sabe siempre nos encontrará con los brazos abiertos y sin fronteras, ni tramites retardatorios. Para eso están las puertas abiertas de par en par como símbolo de nuestra acreditada hospitalidad. Por ellas saldremos en busca del conocimiento y el progreso en un ambiente universal.. Haremos camino al andar, pero no cualquier camino ya que hasta ahora ha sido el de la emigración y poco mas. Queremos que sea el de la realización vocacional de cada uno en un mundo de armonía y felicidad. En un mundo que no se hizo en siete etapas (no quiero topar con la Iglesia) sino en el mundo que todavía se está creando, que está en plena evolución con la aportación  fundamental por parte del hombre, del conocimiento científico y la razón, que nos lleve a la convivencia pacífica sin maniqueísmos y al bien como meta última.

Asi que, por nuestras puertas abiertas que nadie entre a ordenarnos o imponer lo que ‘ tenemos que hacer. Que no venga a corromper la realidad, a vendernos  hojarasca o mejunjes milagrosos…Eso fue en un pasado no tan lejano y nos enseñaron algunas cosas, pero sobre todas ellas una que aprendimos muy bien: Lo que no tenemos que hacer.

*MÉDICO